Este tubérculo es considerado un alimento diurético, se indica para quienes padecen reumatismo o diabetes por su particular composición nutricional, un 80% de contenido en agua, un 15% de proteínas, un 9% de carbohidratos, un 4% de fibra y un 1% de grasa además de vitaminas y minerales.
A diferencia de otros tubérculos, el tupinambo no almacena almidón, pero sí inulina, un glúcido complejo compuesto de cadenas moleculares de fructosa (una forma de azúcar presente en las frutas), de ahí que sea una importante fuente para la industria que utiliza fructosa.
La preparación de los tupinambos es muy variada, tradicionalmente se han preparado hervidos en los guisos o solos y acompañados de un poco de mantequilla, uvas pasas, jengibre u otras especias, etc. La alta cocina, que ya sabemos que últimamente están recuperando el interés por los ingredientes tradicionales y naturales, hace maravillas con ellos.
A diferencia de otros tubérculos, el tupinambo no almacena almidón, pero sí inulina, un glúcido complejo compuesto de cadenas moleculares de fructosa (una forma de azúcar presente en las frutas), de ahí que sea una importante fuente para la industria que utiliza fructosa.
Tiene una forma alargada y con nudos, puede medir unos 10 centímetros y su color varía del blanco roto al rojo, morado o marrón. Su textura es similar a la de la patata, crujiente en crudo, suave si se cocina, y de sabor ligeramente dulce. A diferencia de la patata, puede comerse crudo. Hay quien encuentra un sabor parecido a la alcachofa, de hecho es de la misma familia. Es este tubérculo el que se siembra, luego se multiplicará entre sus raíces. Es de fácil cultivo, soportando temperaturas altas y bajas.
Ahora está echando las flores.
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