martes, 8 de septiembre de 2020

tupinambo en flor

Helianthus tuberosus, conocido popularmente como tupinambo, topinambur, pataca, alcachofa de Jerusalén, Girasol de Canadá, castaña de tierra, batata de caña, criadilla de agua, batata tupinamba o aguaturma, entre otros nombres, es una especie de la familia Asteraceae nativa de Norteamérica.​ De flores similares a los girasoles en su forma y color, se cultiva con la finalidad de obtener esta preciada raíz. Su cultivo se remonta a la época de los amerindios (indios americanos), mucho antes de la colonización de los europeos. Se introdujo en Europa en el siglo XVII, las primeras plantaciones se realizaron en París en 1613, posteriormente se extendió su cultivo por toda Europa. En esa época se consumía mucho hasta que lo suplantó la popular patata.
Este tubérculo es considerado un alimento diurético, se indica para quienes padecen reumatismo o diabetes por su particular composición nutricional, un 80% de contenido en agua, un 15% de proteínas, un 9% de carbohidratos, un 4% de fibra y un 1% de grasa además de vitaminas y minerales.
A diferencia de otros tubérculos, el tupinambo no almacena almidón, pero sí inulina, un glúcido complejo compuesto de cadenas moleculares de fructosa (una forma de azúcar presente en las frutas), de ahí que sea una importante fuente para la industria que utiliza fructosa.


Tiene una forma alargada y con nudos, puede medir unos 10 centímetros y su color varía del blanco roto al rojo, morado o marrón. Su textura es similar a la de la patata, crujiente en crudo, suave si se cocina, y de sabor ligeramente dulce. A diferencia de la patata, puede comerse crudo. Hay quien encuentra un sabor parecido a la alcachofa, de hecho es de la misma familia. Es este tubérculo el que se siembra, luego se multiplicará entre sus raíces. Es de fácil cultivo, soportando temperaturas altas y bajas.

La preparación de los tupinambos es muy variada, tradicionalmente se han preparado hervidos en los guisos o solos y acompañados de un poco de mantequilla, uvas pasas, jengibre u otras especias, etc. La alta cocina, que ya sabemos que últimamente están recuperando el interés por los ingredientes tradicionales y naturales, hace maravillas con ellos.

Ahora está echando las flores.

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