Cuando acudió a su cita con el dentista ya era absolutamente imprescindible. Se le hacía eterna la espera y hojeó aquella revista atrasada de arquitectura. Casas pijas de última tendencia e interiores barrocos y minimalistas. Y de golpe un claustro románico, un claustro con columnas dobles alrededor de una piscina. Y, junto al agua, capiteles sin columnas sobre sus bases. Sacó el cuentahilos de su cajita de cartón, lo desplegó y miró los detalles de los capiteles. Vicios de profesional, Gerardo trabajaba en el grupo de investigación de la Universidad de Barcelona sobre románico y gótico. Había todo tipo de animales formados por puntos de colores. Aquello se parecía a Santo Domingo de Silos. En una finca de Palamós, en Girona, aquí al lado; esto era demasiado.
Cogió las referencias de la revista francesa, la finca y el fotógrafo, y estuvo rumiando el reportaje sin salir del asombro, mientras el dentista le hacía unas placas.
Después de unas cuantas vueltas nerviosas, localizó el número de teléfono de la finca. Primero se puso Carmen, pero rápida se lo pasó a su marido. Con un fuerte acento francés, le dijo que era imposible que él entrara. Después llamó a la revista, a través de la cual localizó al fotógrafo. Vicent le envió las fotos en alta resolución. Allí vio esos animales maravillosos, vegateles y personas, y el gran parecido con Silos, Las Huelgas y Santa María de Ripoll. Estaba excitado, nervioso, hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Eso no era un decorado, se había hecho en el siglo XII.
Había que hacer todo tipo de comprobaciones sin poder estar allí, sin ni siquiera haberlo visto en directo. Revisó los posibles moldes del Albert Museum, la Academia de Bellas Artes y Silos. Éstos no estaban.
Finalmente accede al Archvo Municipal de Palamós y encuentra unas fotos alucinantes de 1959, en que se ve el montaje del claustro en la finca ¡siguiendo los mismos métodos que en la Edad Media!
¿De dónde ha salido este claustro, por qué no está catalogado? Sólo Kurt Englehorn, el dueño de la finca, podría responder; pero no contesta a ninguna llamada.
Habría que darle un premio por preocuparse de conservarlo durante décadas. Si no fuera por él, no sabríamos cómo estaría actualmente, comenta Gerardo a la prensa, esperando que Kurt reacione. Justo después de producir aquel enorme revuelo ante especialistas en las jornadas de Arte fugitivo, una enorme bomba que minuciosamente había preparando en su despacho de la Universidad.
Las fotos y la información vienen del blog Arqueología, Historia Antigua y El País. El protagonista de la ficción es el profesor Gerardo Boto.
Historia resumida en El País:
-En 1931 un anticuario madrileño, Ignacio Martínez, adquiere el claustro. Se desconocen datos sobre su procedencia. Comienza el montaje del conjunto en un solar situado en el distrito de Ciudad Lineal, propiedad de una marquesa amiga de Martínez, que le encarga al anticuario y restaurador Julián Ortiz Fernández su restauración y cuidado. El claustro se pone a la venta por cinco millones de pesetas.
-Hans Engelhorn, antepasado de Kurt Engelhorn, actual dueño, compra la obra en 1958 y a principios de 1959 comienza el traslado a Palamós (Girona).
-En 1967 los propietarios encargan al Museo Metropolitan de Nueva York un informe, basado en fotografías, en el que se duda de la autenticidad de la obra.
-La edición francesa de la revista de decoración 'AD' publicó, en julio de 2010, un espectacular reportaje sobre una vivienda en una finca privada, Mas del Vent. El claustro en la piscina de la casa llamó la atención del fotógrafo de la revista.
-Gerardo Boto, profesor de Arte Medieval de la Universidad de Girona, motiva el inicio de las investigaciones sobre el misterioso claustro.
-En junio de 2012 EL PAÍS publica la historia del conjunto y, por primera vez, los dueños abren las puertas de Mas del Vent a técnicos y a prensa.
-El jueves, 19 de julio de 2012, la Generalitat convoca una reunión de expertos, que dura seis horas, y en la que se producen importantes desacuerdos en relación a un dictamen definitivo de autenticidad del claustro.
En julio de 2012 los técnicos convocados por la Generalitat aseguraron que el claustro de estilo románico situado en una finca privada de Palamós era una recreación historicista del siglo XX con elementos del siglo XII, sin precisar cuántos ni cuáles, y por lo tanto no lo iba a proteger. Un año después, en agosto de 2013, rectificó e incoó un expediente para declararlo bien cultural de interés nacional para poder protegerlo. Este miércoles, en un nuevo episodio de esta larga historia llena de dimes y diretes, la Generalitat dió a conocer un segundo informe en el que defiende que el claustro de Mas del Vent es totalmente falso, sin ningún elemento románico.
Alucinante el claustro y la trama. Cuando lo ví en el periódico me entró una rabia... Pero también me vino a la cabeza la duda de qué hubiera pasado si no estuviera donde está. Luego he pensado en el claustro de San Juan de la Peña en Huesca, o el de San Juan del Duero en Soria, o... ¡que bien están en su sitio!. ¡Nos recortan en sanidad, en educación, y ni nos dejan ver el patrimonio de todos!. ¡Qué va a ser de los pobres!...
ResponderEliminarSólo veo dos opciones: o enriquecer a los ricos, o rebanarles el cuello. Como no somos violentos...
EliminarPues nada, a enriquecerlos como con el AVECREM, y que algún españolito ricachón se acabe llevando la Alhambra de Granada, o la Catedral de Burgos, ... a sus terrenos en la Sierra.
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