miércoles, 20 de junio de 2012

camino del norte: zarautz-deba


Duermo de maravilla, de un tirón. Ni siquiera me enteré de cuando me arropé. Las vistas del balcón hacia las viñas de txacolí, son espectaculares. Bajamos por un camino al este de la playa, la duna, un puente y nuestro quiosco con unas tostadas. Preparamos una mesa a la sombra y desayunamos frente al ratón de Guetaria.
Salimos por un paseo paralelo a la carretera hasta Guetaria, patria de Juan Sebastián Elcano, contramaestre de Magallanes que completó la vuelta al mundo a la muerte de éste. A la entrada tiene un monumento. El puerto con calles medievales alrededor de la Iglesia de San salvador, de estilo gótico y campanario octogonal románico. Con tres niveles y llena de recovecos (donde encontramos la tumba de un caballero de la Orden de Calatrava) en el istmo que une al monte de San Antón, la cola del ratón.
Una cuesta difícil hasta la Iglesia de San Martín, con su atrio abierto, taberna y fuente de agua fresca. Descanso en un banco estratégico que han puesto bajo un árbol y mirando al mar. Atravesamos la ría del Urola. Pareja de canadienses a la entrada a Zumaia. Hablan perfecto castellano. Ella tiene cara de inuit. Puerto, barcos, alguna trainera. Casonas solariegas.
En la terraza de la Taberna Trapaia, junto a un huerto de fresnos, una chica simpática nos pone pinchos de pulpo y merluza rebozada. Nos sientan muy bien. Hoy notamos más el esfuerzo, el peso de la mochila, los pies.
Camino durísimo de subidas y bajadas. Descanso en una zona con baños, junto al caserío de Elorriaga (12,7 kms.). Un arroyo y, por fin, Itziar (18,40 kms.). Dibujo la iglesia-fortaleza de Santa María, cerrada, con unas gárgolas con forma de lobo. Comemos en Saleci, aguantando una camarera especialmente antipática.
Berdea, nogales, robles y algún cerezo. Nos perdemos llegando a Deba y damos una vuelta por la nacional 634, haciendo seis kilómetros más, veintiocho en total, entre un montón de coches mal aparcados por los bañistas. Vistas al flysch costero, explicación del seismo, tetas al sol y un bonito quiosco de música. Llegamos a la pensión a las cinco de la tarde.
Sorteo de camas, duchas, crema hidratante, colada. Paseo por el puerto y la playa. Mucha gente en el andén esperando un tren. Casco viejo. Policía municipal con boina. El edificio del Ayuntamiento, de piedra, lleno de escudos y balcones de hierro forjado.
Cenamos en el Restaurante Álvarez, en un balcón a la Plaza de Santa María. Los niños juegan dentro de la fuente. Una cabeza de cerdo de piedra en la fachada de una carnicería. La iglesia de Santa María, de tres naves separadas por columnas bien gruesas. Gótico vasco. Un santo peregrino con una herida en la pierna y un perro, debe ser San Roque y su perro sin rabo. Bonito pórtico con figuras de piedra policromadas. La vida de Jesús desde la Anunciación. Gárgolas con forma de cerdos, alguno alado (una pitanza que se perdió). Después caen unos agrícolas fresquitos.

3 comentarios:

  1. Dicen que Oteiza, que gustaba de fustigar a sus paisanos, solía poner como ejemplo de la poca altura de miras a la que habíamos descendido ( ¿ los vascos?¿ la sociedad actual?¿los de Guetaria?) el que una maravillosa ballena varada tuviera que aguantar que le llamaran ratón.

    Estoy de acuerdo con Oteiza , pero hay que reconocer que es una ballena que se parece a un ratón muchísimo...

    Por cierto ¿ que son los agricolas?

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    1. Parece un ratón de tebeo, con las orejas tan grandes. Y una ballena varada si los paisanos se empeñan.

      Magno con sprite.

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