A las siete viene el páter con el desayuno. Hoy salimos más temprano y el camino es más corto (17 kilómetros hasta Guernika). Mientras se preparan, me siento en este inmenso balcón y dibujo las vistas. Nos hacemos fotos con las chicas y partimos.
Hoy es muy agradable, con mucho bosque: nogales, robles, castaños y pinos. También vemos una plantación de kiwis en emparrado. Gente simpática recoge patatas. El camino bordea las montañas bajo los árboles, junto a los arroyos. Hermosos caseríos. Pasado Munitibar (4 kms.), está la ermita de Santiago Apóstol, pequeña, simple y bonita, con el techo de madera apenas trabajada. Un puente de piedra del siglo XVI llegando a Mendata. Agua en el caserío Marmiz, muy cerca ya de Guernika. Perdemos las señales, pero llegamos al cruceiro de Rentería y al bar Norte, donde me bebo un litro de cerveza con un pincho de tortilla. Llegan al bar las chicas francesas con las que nos cruzamos a menudo. Ya hemos hecho los 17,3 kilómetros de hoy.
Guernika es un pueblo grande, con ambiente de capital y una miaja caspa de rancio abolengo. Vamos al centro, al Hotel Boliña, recomendado como restaurante en las guías turísticas. Nuestra pareja de enfermeras terminan aquí su viaje, así que dejan las cosas en la habitación para dar una vuelta. Las habitaciones tienen descuento a peregrinos y el restaurante un menú de 10 euros. Me como unas patatas a la riojana riquísimas con un rioja cencibel bueno.
Visitamos el famoso roble de la Casa de Juntas. Del más antiguo que se conserva, sólo queda un tronco seco de unos 300 años protegido por un templete neoclásico. paseamos por la calle peatonal: el bar Picasso, la Tiki tasca. Hay ediciones especiales del As y El Mundo Deportivo con portadas y primeros interiores del Bilbao Athletic. Nos cuentan que no se trabaja los lunes, excepto en las empresas, porque es día de mercado, la gente baja de los caseríos a vender y comprar.
Gladis es una argentina de Mendoza de 41 años, que los chicharreros arrebataron su acento y lo hicieron más dulce. Se come las uñas mientras nos habla de su hija de 23 años. Dice que si no nos hubiéramos encontrado no hubiera hecho el camino. ¡Aguita! grita Rocío cuando ve algo interesante, sorprendente. Debe tener unos 34, más abierta al mundo, le gusta el campo y la montaña. Ella ha arrastrado a Gladis. Tiene una hermana que vive cerca de Bilbao a la que verá hoy. Nos despedimos. Les deseamos lo mejor. Las echaremos de menos en la etapa de mañana.
Que buena publicación estos tuyos cadernos darian. Ya pensaste en eso?! :)
ResponderEliminarLuego resulta que todo está sucio y no es publicable. Lo que se publica suele ser de encargo. Entonces se convierte en un trabajo, lo que era pura diversión. Así es como me gusta que esté.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios.
Bueno, a mí me gustaria también de ver cosas menos limpias publicadas - más naturales. :)
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