Aunque la mayoría de las figuras provienen del saqueo, los arqueólogos consideran que pertenecen a los períodos Formativo Tardío y Clásico Temprano, por lo que se hicieron entre el 300 a.C. y el 500 d.C. Por lo general representan figuras humanas de dimensiones muy variables. Las más grandes pueden medir alrededor de 1,2 m y las más pequeñas 10 cm. Están hechas de una pasta de tonalidades que varían del café oscuro o rojizo al color crema. Los personajes más comunes son guerreros armados, hombres o mujeres de pie o sentados, figuras que sostienen vasijas, mujeres embarazadas o con niños y parejas. Los cuerpos son anchos y las piernas desproporcionadamente gruesas. Las caras son alargadas con ojos almendrados, nariz fina y boca horizontal entreabierta que en algunos casos deja ver los dientes. Todas las figuras de Nayarit están modeladas con aplicaciones de pastillaje. En su mayoría se distinguen por su decoración pintada en tonalidades rojas, blancas, amarillas y ocasionalmente negras, que consiste en pinturas faciales y corporales, peinados y tocados o diseños de tejidos. Como ornamento característico lucen hileras de argollas a lo largo de los lóbulos de las orejas.
El saqueo de estas piezas se remonta al siglo XIX y son muy pocas las exploraciones arqueológicas que han recuperado estos objetos mediante métodos científicos. La gracia e ingenuidad de las figuras y lo anecdótico de su estilo que nos permite imaginarnos una sociedad perdida, hace que estas piezas tengan una buena acogida en el mercado. La problemática en la región proviene de la escasa información que tenemos sobre las culturas del occidente de México, tanto por la ausencia de escritura prehispánica en la región como por los pocos vestigios no saqueados que nos han quedado.
El saqueo hace que se pierda toda la información científica disponible acerca de estas culturas, impidiendo el avance científico y haciendo que el material arqueológico pierda su valor de testimonio de procesos culturales.
El Estado de Nayarit, junto con las otras entidades del occidente de México donde se desarrolló la cultura de las Tumbas de Tiro (Jalisco y Colima, donde se encuentran similares figuras huecas de color rojo en formas de personajes, perros o frutos como calabazas), es uno de los más saqueados, considerándose que el 90% de las figuras de barro que conocemos procede de estas excavaciones ilícitas.Todos los sitios que no suelen estar asociados a restos arquitectónicos se encuentran en los campos de cultivo y potreros. Con el desarrollo turístico y las urbanizaciones, el saqueo se ha intensificado notoriamente.
Hasta el 15 de febrero puede visitarse una magnífica exposición, titulada "La mitad del mundo. La mujer en el México indígena. El ámbito divino", con figuras funerarias nayaritas de una belleza impresionante, en La Casa de México, en Madrid. La exposición reúne 98 piezas provenientes de diversas culturas mexicanas. Predominan esculturas en piedra y cerámica de distintas dimensiones, desde pequeñas figuras hasta piezas monumentales de 2.5 metros, junto con textiles, cestería y óleos que permiten recorrer periodos que van desde el preclásico hasta el siglo XXI. Estas obras ofrecen una mirada plural y diversa a las representaciones femeninas en la cosmovisión indígena. Allí podremos encontrar la pareja nayarita que aparece fotografiada al comienzo de esta entrada.
























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