La calle peatonal es digna de ver, así como todas las céntricas, de casas blancas con bonitos patios de madera y balcones pequeños y trabajados en colores verdes, marrones o rojos, también de madera. El mercado permite una panorámica de todos los puestos de fruta, desde arriba, bastante interesante y colorista. Nos presentan una nueva fruta, para nosotros, el noni. Es como una patata con forma de cacahuete y decorada con caliches cuidadosamente. No la probamos, la usan para jugo, pero siempre mezclada pues tiene un sabor extraño.
Nos sentamos en la plaza y dibujo a la gente desganado. A las siete cogemos un bus semicama a Chiclayo. Cenamos y luego nos dormimos. A veces se oye una bebé berrear. ¡Angelitos!
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