Amarillo: Uno de los buques insignia de la Cervecería del Molino, pequeña cervecería artesana holandesa. Con una etiqueta tipográfica, negro sobre blanco, sencilla y elegante. Alcohol y amargos muy bien integrados en una cerveza potente, equilibrada y muy bebible. 3,50 euros en tienda on line, no llega a los 3 en La Buena Pinta y 6 en cervecería.
Karjala: Cerveza lager finesa tradicional, industrial con escasa corona, dorada y cierto aroma a cereal y maltas. De la compañía Hartwall Jaffa, de Helsinki, que se dedica a la distribución de refrescos, a la producción de sidras y cervezas como ésta y la Lapin Kulta, una de las más vendidas en Finlandia. Desde 2008 pertenece a la holandesa Heineken. Su éxito se debe a su etiqueta y al comentario que de ella hiciera en 1968 el embajador de la Unión Soviética Andrei Kovalev, que declaró que recordaba tiempos de guerra, pues en el escudo de armas de Karelia (frontera ruso-finesa) se levantan un brazo sueco con una espada y uno ruso con un sable. De los comentarios que surgieron de los finlandeses en respuesta, quedó un dicho muy popular: Karjala takaisin, vaikka pullo kerrallaan, o sea: volveremos a Karelia aunque sea botella a botella.
Karhu III: cerveza finlandesa elaborada por la cervecera Sinebrychoff desde 1898, ahora la más popular de Finlandia (Karhu en finés significa oso). Desde 2000 pertenece al grupo Calsberg. Es una lager industrial muy típica, de color dorado pálido, espuma abundante pero poco duradera, aromas de malta suave y algo de cereales y alcohol. Cuerpo ligero-medio maltoso y regusto con cierta acidez. Su equilibrado amargor la hace bastante bebible, aunque no para degustarla. Mariano me trajo la chapa, junto a la de Karjala, de Finlandia.
Shandy de Cruzcampo: No sé cuantos diseños de chapa han probado ya para esta cerveza malograda con refresco de limón que no llega ni de lejos a la altura del ponche o la sangría. Gas inyectado por un tubo.
Kwak: Cerveza belga creada por Pawel Kwak, de abundante espuma, color ambarino y olor agradable de maltas y lúpulo. Se fabrica en Buggenhout. Más famosa porque se dispensa en vasos de yarda, una especie de probeta para llevar en los carros. Yo la bebí en una pinta normal en La Buena Pinta de Madrid.
Rodenbach: Esta cerveza ale roja flamenca se hizo muy popular cuando Michael Jackson la clasificó como la cerveza más refrescante del mundo. Rodenbach es una cervecera regional belga de orígenes humildes que ha llegado a producir en la actualidad hasta 200.000 hectólitros. Actualmente pertenece al grupo Palm Breweries. Se elabora con una mezcla de cervezas jóvenes y más añejas maduradas en barricas de roble de ciento cincuenta años de antigüedad, donde se mantienen hasta dos años, consiguiendo unos resultados extraordinarios. Tiene un color rubí intenso con una densa capa de espuma amarillenta y cremosa. Aroma afrutado y matices de azúcar y algo de vainilla, que le da la madera. Su sabor es ácido y dulce con notas de cereza, azúcar, vainilla y caramelo. Sus taninos le dan un carácter avinado con un final largo y seco que proporcionan la querencia a seguir bebiendo. Es de las mejores cervezas que he probado. Puedes tomarla en La Buena Pinta, en el Mercado de San Fernando de Madrid a un muy buen precio.
Había olvidado decirte que la chapa del escudo rojo con dos brazos armados de sendas espadas se llama Karjala y la de la efigie del oso tiene el nombre de Karhu III. Ambas cervezas son finlandesas, o al menos fueron compradas y consumidas allí.
ResponderEliminarUn abrazo.
oh cabecita ya había olvidado su procedencia! Gracias Mariano
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