sábado, 1 de febrero de 2014

diseño gráfico y otras tonterías

Alberto Corazón pinta en casa. Foto de Luis Sevillano

La realidad ha conformado durante siglos la pintura. ¿Ahora la realidad la conforma el diseño gráfico?
Somos animales simbólicos. Vivimos en un hábitat de signos. Desde los tiempos primitivos, esos signos han sido gráficos o estéticos. La gráfica es instrumental, valiosa. En cambio, el signo estético carece de utilidad inmediata y eso parece devaluarlo, pero no es absolutamente imprescindible. Sin embargo, la creación artística resulta vital.


¿En qué se fija la gente?
En los últimos años prestamos mucha atención más a los colores que a las formas. Y me parece estupendo.

¿Y los que dan forma a eso nos dominan?
No es cuestión de dominación. Ocurre por saturación. La saturación, el bombardeo iconográfico, es lo que nos somete y eso nos hace variar la sensibilidad y el gusto hacia algo más sutil, algo que no es tan obvio como algunos se empeñan.

¿Podría dibujarme en palabras un logotipo de la miseria moral que nos rodea?
Un logo es una abstracción. Y la miseria moral que nos atenaza es una terrible realidad que comienza a dar muestras de rasgos inhumanos. Vivimos deslumbrados por la apoteosis de la mediocridad. Nunca ha sido tan brillante ni ha gozado de tanto éxito.

¿Por qué repudió el diseño gráfico?
El diseño es el resultado de un encargo, y esta misma mediocridad que ya hemos comentado no permite ningún encargo estimulante. Es un asunto de dignidad profesional. Acepto solo aquel trabajo que me permite buscar la excelencia. Otra palabra que está desapareciendo.

¿Qué se encarga usted a sí mismo?
Escribir, esculpir, pintar. Cumplo 72 años, lo demás me sobra. Tengo que llegar en plenas facultades a los 80, no quiero distraerme con tonterías.

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