viernes, 26 de abril de 2013

subiendo el venero



Paseo con Tranqui camino del Venero. Atraviesa una valla por un hueco y se pone a correr las ovejas y los corderillos de una forma desenfrenada, en círculo. Los dueños se mosquean y le atusan seis mastines seis que lo persiguen por toda la finca hasta reventarlo. Sin aliento y con el corazón fuera, tengo que aguantar hasta que se reponga pues no puede ni andar y temo por su vida. Se tumba sobre el barro y lo lame. Le doy el agua que llevo para las acuarelas.

Un poco repuesto vamos al Arroyo del Venero, donde puede bañarse y beber el agua que quiera. Vuelve a ser el mismo. Encontramos una puerta cerrada en el camino con un cartel donde pide que se deje cerrada tras cruzarla. Imposible con candado. Volvemos y vamos por el Morro de la Fuente, mi favorito, con una vista de 360º flipante (segundo dibujo). Está lleno de flores moradas, amarillas y blancas, una pasada. Bajamos a este lado del arroyo hasta el grupo de álamos. Salto el río y cojo unos cuantos espárragos en las pedrizas y algunas cavas de las olivas. Tranqui no es exactamente el mismo. No quiere perderme y no hace más que controlarme. Dibujo los árboles mientras se baña.

5 comentarios:

  1. Hay primaveras, y primaveras...la tuya es de las mejores.

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  2. Me encantan tus dibujos. Aunque yo nunca dibujaría justo en la costura, entre página y página, un árbol. Eres un valiente.

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    1. Seguro que era un mal árbol, sin consideración con los dibujantes.

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