sábado, 13 de abril de 2013

los genoveses, tapas y herreras



El resultado de la exposición continuada al sol en la Playa de Los Genoveses, según consta en la figura superior, ha sido un enrojecimiento y un picor insufrible en todo mi cuerpo. Me siento destemplado y tiritoso.

Visitamos Almería, que se me antoja fea y sucia. Un señor casado con una culiparda de la Avda. de la Mata nos avisa de los tirones frecuentes para que extrememos medidas. La gente se busca la vida y los chavales tienen un desparpajo impresionante. No hay cuidado sobre lo antiguo, con ese aire de nuestras colonias, y se va desmoronando. Una banda de arquitectos sin escrúpulos se ganó por aquí la vida en los años 70 levantando este pueblo monstruoso.

Por contra, gustamos de sus buenas tapas. Dicen que el origen de este nombre está aquí, en la costumbre de poner un plato sobre la bebida para evitar la entrada de moscas y mosquitos, que posteriormente se mejoró con una muestra culinaria que incluía pan. Ahora son grandes y abundantes.

En La Cueva, del puerto de San José, nos sacan unos peces que llaman herreras. Son pequeños y no excesivamente sabrosos. Las patatas están ricas, y el tomate con ajo. Estamos cansados y nos vamos a la piltra. Mañana vienen Ana y su amiga Estefanía y tengo que recogerlas en Almería puesto que ningún autobús las acercará a San José.

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