viernes, 20 de mayo de 2011
el hondo
Aparte de la Sierra del Moral, uno de los parajes más bonitos de Bolaños es El Hondo. Como su propio nombre indica, es una hondonada entre La Celada (donde está la huerta) y Las Lomas, cuyo origen es volcánico, como sugieren los basaltos encontrados y su cercanía a la Yezosa (otro volcán). La explicación que se da de que no esté elevado sino hundido, es que es un volcán muy erosionado y, otros, que es un volcán de explosión. Lo cierto es que es como una gran caldera de tierra gris y fértil. Con muy pocos sedimentos, por lo que se considera que ha estado contínuamente habitada. Allí se han encontrado restos cerámicos medievales árabes (especialmente un candil circular y plano, ya desaparecido), restos de construcción , un pozo y grandes bloques de basalto redondeados y desvastados.
Se cuenta que caminando El Lobico, de niño, junto a su padre por las lomas, éste le dijo: "papa, si el hondo fuera una sartén de pisto,¡qué sopáncanas!".
Cuando yo era niño había una serie de alamedas (de olmos, álamos negros o negrillos) que formaban casi un círculo. Hoy ha desaparecido la parte del suroeste. Recuerdo esta parte desaparecida atravesada por un camino que acababa en una zona amplia como una catedral, en que las columnas eran troncos altísimos, desgarbados, y las hojas estaban en lo alto tapando el sol. El suelo de hojas secas donde te podías revolcar a gusto. Allí jugábamos muchas veces, hacíamos chozas de madera y escondíamos cosas en los huecos de los troncos. A veces un hermano mayor decía haber visto un duende o un gnomo, pero yo jamás lo vi.
Muy cerca, mi abuelo cultivaba alfalfa para las vacas. Cuando Ulpiano iba a segarla, todos nos apuntábamos y bajábamos en el carro. No puedo olvidar el olor de la alfalfa recién cortada, un olor fuerte que hoy tengo como uno de los más agradables. Lleno el carro, nos tumbábamos todos encima de esa montaña verde, húmeda, olorosa, suave y fresca, y volvíamos a la huerta. En una de esas ocasiones, en que yo no me subí a lo alto del montón y caminaba junto al carro, me escurrí y caí delante de la rueda, que me pasó por encima con toda la alfalfa y mis hermanos arriba. Después del susto, me levanté y se quedaron mirando si mi cuerpo estaba entero. Sólo tenía rasguños en las partes salientes de los huesos. Afortunadamente, la rueda era de goma (Aún le debo un exvoto a la Virgen del Monte).
El Alcalde nos contó, el otro día, que, en el nuevo plan de urbanismo, el Hondo será zona protegida como espacio natural. Me alegro si esto sirve para no podar tantos viejos olmos; aunque creo que la mayoría de los que quedan siguen en pie porque eran propiedad de mi abuelo, y ahora de mi madre, ambos sin nigún ánimo de vivir de los cultivos.
En estos días de lluvia, se ha convertido en un pequeño lago. Los caminos y la avena desaparecen bajo el agua y, a veces, aparecen garcejas. La gente pasea hasta abajo para admirarse.
Así es como hoy lo he dibujado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Cuándo tus memorias publicadas? Una delicia leerte y lo mismo contemplar tu trabajo. Eres una joya.
ResponderEliminarpor cierto ¿Acuarela sobre papel gris?. Es precioso
ResponderEliminarSon cartones de esos que van dentro de las camisas plegadas (tu sabes, con un montón de alfileres) encuadernados con espiral. La parte blanca satinada está muy bien para pluma caligráfica (corre de maravilla) y la gris para la acuarela. Así que en el otro lado hay un plano y notas sobre el lugar, en tinta china.
ResponderEliminarMuy apañado¡. A mí también me gusta mucho ese soporte. con acrílicos funciona estupendamente. El problema es que no me gusta planchar camisas¡¡¡
ResponderEliminar