viernes, 28 de septiembre de 2012

la tele, el museo y los soportales



Me despierta un helicóptero que aterriza en lo alto de un edificio de Polanco. Es escandaloso, aquí los ricos son exageradamente ricos y los pobres miserablemente pobres. En la tele sólo aparece la vida de los primeros, que son blanquitos como la leche, con lo que la vida en la calle en nada se parece a la tele. Todas las noticias y documentales sobre Chiapas son escandalosamente increíbles, asquerosamente foxistas. Es todo vergonzoso, desde fuera, ellos lo ven bien, natural. Los intelectuales, los artistas, la gente culta y respetada forma parte de esa clase racista que, con toda naturalidad, machaca a los auténticos descendientes de sus grandes culturas.

El Museo Nacional de Antropología, en el Bosque de Chapultepec, es tan inmenso que habría que visitarlo de vez en cuando, como un bar, para no cansarse e ir aprendiendo poco a poco. Me gusta lo más simple, ya que las grandes civilizaciones, mexicas-aztecas y mayas, se complican demasiado la existencia, sobre todo esos barrorelieves de los monumentos con un trazo tan fino (tan delicado para los antropólogos) sin dejar ni un pequeño espacio por rellenar. ¡Todas esa figuras emplumadas llenas de colgajos, con lo simples que resultan esas figuras de cerámica del preclásico, que son sólo ideas! Dibujo algunas que me gustan o me llaman la atención. Especialmente el guajolote o gallopavo, que es un animal real, un ave de cuatro patas, que se ha encontrado en algunos enterramientos. En realidad, las patas delanteras son las alas, es sólo una representación.

Invitamos a comer a Javi y Ana. Mañas Castañeda boxea con Díaz, están muy igualados. Cuando volvamos al DF, ya no estará Ana, podemos hospedarnos en casa de su novio. Gana Óscar Díaz. Volvemos al Zócalo. No encontramos al chavo que vende discos de sonoras y la tienda de relojes está cerrada. Encontramos casualmente la cantina La Puerta del Sol, de la que nos habló Enrique. Los soportales del Zócalo están llenos de gente preparada para dormir sobre cartones. Hay grandes pancartas rojas del FNR, con sus estrellas amarillas, creo que priistas. Muchas tiendas de campaña. Dispuestos a todo. Piden la liberación de sus presos. Se oyen tambores y una triste banda de indios pobres que piden con el sombrero.

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