Así conocí a Luis Eduardo Aute. Había llegado a Madrid a estudiar y el mundo se me iba abriendo. Cantaba despacio y con la voz baja eso de anda quítate el vestido las leyes y las trampas, mientras los estudiantes estábamos en huelga y no pasábamos a las aulas. Casi todos oían rock sinfónico o a los Rolling. Pero alguien tocaba la guitarra en las canchas y cantaba eso de
el aire rezuma olor a nicho
y olor a humo y olor a soga.
Un domingo, como tantos, volvió José María del rastro con Espuma que puso rápidamente en el tocata. Un moscardoneo que saltaba de una canción a la siguiente; que nos llevó a pedirle que mejor lo devolviera.
Hoy se ha ido, como la espuma.
Entrevista en 2016
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