domingo, 26 de abril de 2020

el reloj floral de carl von linné




Que toda planta tiene su propio biorritmo y que los pétalos de sus flores se abren y cierran en determinados momentos del día es algo que ya observó el botánico sueco Carl von Linné (1707-1778) en el siglo XVIII.

Linné estudió las horas concretas en las que una flor se abría por completo y cuando se volvía a cerrar. Gracias a esta observación plantó un reloj floral en forma de esfera en su jardín. Él afirmaba que gracias a este reloj era capaz de dar las horas con un margen de error de sólo 5 minutos.

En 1745 este reloj se convirtió en uno mucho más grande que se plantó en el jardín botánico de la ciudad sueca de Uppsala. El descubrimiento de este reloj no fue simplemente un dato anecdótico. Los relojes de bolsillo o de pulsera en aquella época sólo se los podían permitir los ciudadanos más pudiente, así que ese reloj se convirtió en una herramienta importante para la población. Además las flores no sólo daban información acerca de las horas del día sino que predecían el tiempo. Linné no sólo estudió los ritmos naturales fijos de las flores, sino que tuvo en cuenta también los influjos del sol y la luna, y describió el efecto sobre el mundo botánico y natural de las fases lunares. Todos estas observaciones fluyeron en la creación del primer reloj floral, en cuyo centro se encuentra el girasol.

El girasol, una planta con gran poder simbólico, sigue los movimientos solares como ninguna otra planta. Cada día vuelve a girar su cabeza de este a oeste y por la noche de vuelta hacia el este. Esta fluctuación flexible de la planta sólo le es posible durante su crecimiento. Cuando ha parado de crecer se queda mirando definitivamente al este.

En el arriate de flores circular Linné plantó para cada hora en punto un representante indicado del mundo vegetal, de tal manera que en cada una de las 12 divisiones crecía una flor característica que abre o cierra sus pétalos a esa hora del día. Era posible que una planta apareciera dos veces como por ejemplo la vellosilla que abre sus pétalos a las 8h de la mañana y las vuelve a cerrar a las 14h o la caléndula que abre sus pétalos a partir de las 9h y a partir de las 12h las vuelve a cerrar.

El reloj floral de Linné está dividido en dos partes. En el lado izquierdo se encuentran las plantas que se abren por la mañana entre:

• 5 y 6h: calabaza, amapola, achicoria
• 6 y 7h: crepis rubra, enredadera
• 7 y 8h: lirio de la hierba, nenúfar, tusílago, alquimia, hipérico
• 8 y 9h: anagalis, calta palustre, centaurea
• 9 y 10h: betónica silvestre, margarita, caléndula
• 10 y 11h: anémona de tierra, vinagrera, spergularia
• 11 y 12h: tigridia, cerraja, aizoácea

En la mitad derecha de la esfera de cifras se encuentran las plantas que se cierran pasado el mediodía entre:

• 12 y 13h: caléndula, petrorhagia
• 13 y 14h: anagalis, hieracium
• 14 y 15h: achicoria, diente de león, calabaza
• 15 y 16h: lirio de hierba, tusílago, hieracium rojo
• 16 y 17h: dondiego de noche, vinagrera, nenúfar
• 17 y 18h: amapola

Un final lo marca la onagra que al contrario de todas las demás flores se abre entre las 17 y las 18h, como una vela en la noche y así sigue el círculo.  

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