El mismo placer que siento entre las plantas y las flores, bajo el sol, rodeado de insectos y pájaros, pienso que lo sienten ellos liberados de su mayor depredador. Exultantes, lo han tapizado todo. Cubren de belleza mis viejas herramientas, máquinas y pequeñas obras, y llenan de color y música la vida gris en la que nos hemos sumido. Les robo un cajón de acelgas, donde se emplean caracoles, avispas y algunos zapateros, y me vuelvo a mi confinamiento con las pilas cargadas.
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