En el Parque Natural del cabo de Gata, un poco antes de llegar al Mirador de la Amatista y viniendo de la Isleta del Moro, sale un sendero de tierra rojiza hacia el mar que acaba en un barranco con pinos y palmeras: el Barranco del Negro. Siguiendo la bajada se acaba en una cala pedregosa y abrupta donde sólo puede bañarse uno con zapatillas, o en los pilones que forman las rocas en la pared de la derecha, donde está la famosa piedra separada del acantilado que se ve desde el mirador. Un lugar alejado del mundo.
Me gustan mucho estos paisajes tan espontáneos y rápidos. Es el tipo de acuarela que me interesa en este momento.
ResponderEliminarEl truco está en dibujar y dibujar. Todos estos están hechos en la misma mañana. Para mí, le faltan ímpetu, todavía más fuerza. Y es que la acuarela, si te descuidas, tiende a la ñoñez. Gracias por tu comentario.
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