Una experiencia inolvidable, rica rica, dormir en las calas desiertas del Cabo de Gata. Cerveza con esa luz de Agua Amarga y una visita a sus viviendas trogloditas. Visita al majestuoso olivo de más de 1.500 años, de unos nueve metros de alto, con dos troncos unidos con un perímetro de más de ocho metros y un círculo de copa de veinticinco metros de perímetro, en la rambla de Viruegues, entre el pueblo y La Joya (en el badén posterior a la señalización del cementerio, a la derecha). Noche en la Cala del Plomo, mientras los pescadores usan sus linternas y las boyas luminosas. Tumbados boca arriba miramos las estrellas y la parábola de la luna. Dormimos mecidos por las olas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario