Madrugamos antes de que todo se llene de palabras, de que empiecen las letras a florecer y el primer telediario las embadurne de blanco españa. Un poco antes, sí, antes de que los pájaros despierten, justo en el momento en que entrevemos las formas y todavía nadie les ha puesto nombre.
Sartre pensaba que la vida podría ser atrapada en una trampa de las palabras, y yo siempre he sentido que las palabras no eran la vida misma, sino una reproducción de la vida, de algo muerto, por así decirlo. -Simone de Beauvoir
Coincido
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