viernes, 15 de octubre de 2021

las camareras de la pizzería vesuvio


La pizza no es ninguna exquisitez, solo sirve para salir del paso sin apenas disfrutar de la comida. Estuve un tiempo trabajando en Milán y solo la tomé una vez. Es como comer un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor de Madrid. Pero, desde hace muchos años, la he comido en una pequeña pizzería de la calle Hortaleza, inaugurada a finales de los70, si paso por delante y tengo gusa. Su logotipo, en que un cocinero la hace al fuego de este famoso volcán napolitano, me encanta. Y sus pizzas son bastante buenas, especialmente la masa. 
Hoy dibujo a sus dos simpáticas camareras: Jesi, brasileña, y María Paula, atleta colombiana cuya carrera se frustró por una lesión en la rodilla.

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