miércoles, 20 de octubre de 2021

cardo mariano




El cardo mariano, Silybum marianum, es una planta muy robusta, que puede alcanzar una altura de dos metros o incluso más, y tiene una vida de dos años, momento en el cual se seca y muere. Presenta un rosetón de hojas grandes, brillantes, manchadas de blanco, con espinas amarillentas en sus márgenes. Las hojas superiores son más pequeñas. Desarrolla un tallo recio, con escasas ramificaciones, que culmina en unos grandes capítulos florales, protegidos por brácteas espinosas, arqueadas. Las flores son tubulares, de color púrpura. También se le llama cardo lechero o cardo lechal, milk thistle en inglés, por las venas blancas que presentan sus hojas y que cuando son quebradas emanan un líquido lechoso, blanco y algo pegajoso. El apelativo de mariano pudiera atribuirse a la leyenda que explica que la Virgen María tiñó de blanco las recias hojas de esta planta con la leche de su pecho cuando trataba de ocultar a su hijo recién nacido de la persecución ordenada por Herodes. 

Prefiere sobre todo los lugares secos y soleados y los suelos ácidos. Muy abundante en la cuenca mediterránea, prácticamente no existe en el norte del Loira (excepto en las costas atlánticas). En principio, no supera los 700 m de altitud. Florece en primavera y durante la primera mitad del estío. Crece en descampados, márgenes de caminos y de vías férreas, pudiendo formar barreras a veces impenetrables. Es originario de la cuenca mediterránea y de Asia Menor. Se ha plantado como ornamental y como protector agrícola, y en los últimos años se han dispuesto campos de cultivo para el aprovechamiento de sus frutos con fines comerciales.

Es una verdura que se ha consumido en épocas de escasez, sobre todo en la posguerra. De esta verdura se pueden consumir distintas partes como las hojas, tallos, escapo (rabillo), receptáculos de las inflorescencias, raíz y semillas, aunque son las hojas las más empleadas. De las hojas tiernas se comen los pecíolos (pencas) y el raquis o nervio central, “pelándolos” al igual que otros cardos comestibles como los cardillos (Scolymus hispanicus L.). En general se consumen en guisos, cocidos de garbanzos y potajes, aunque también se comen crudos cuando los pecíolos están tiernos, fritos o en ensaladas. Si las hojas son pequeñas y tiernas se consumen enteras eliminando previamente las espinas de los bordes. El tallo es comestible después de cocerlo bastante tiempo aunque también se puede freír, al igual que la raíz. En algunos pueblos de Madrid y del Poniente Granadino consumían los brotes de los tallos floríferos pelados, llamados troncos pelados o pámpanos de cardencha, directamente en el campo o en ensalada. Otra parte de la planta que se consume de diferentes formas es el receptáculo de la inflorescencia que recibe diferentes nombres como alcachofas silvestres o bravíes, garchofa o alcarciles. Se pelaban hasta que quedara un pequeño cogollo de color blanco que comido en ensalada estaba de locura. Otra manera de consumirlas era hirviéndolas, de manera que se comían a modo de alcachofas o en ensalada. Los pecíolos y nervaduras de las hojas se recolectan en invierno y al comienzo de la primavera, mientras que los receptáculos y bases de las inflorescencias en la primavera. Las semillas de esta especie han sido utilizadas para cuajar la leche y hacer queso. En la Comunidad Valenciana, además de utilizar las semillas machacadas se utiliza el látex de las flores. En algunas zonas de Toledo y Madrid se comían los frutos como si fuesen pipas.

También a sido empleada para alimentación animal en muchos pueblos, especialmente para burros y cerdos y, en menor medida, para ovejas, conejos y cabras. Los burros aprecian esta planta y la consumen con avidez, aunque no la comen cuando está seca ; las cabras y ovejas la pueden llegar a comer seca o cuando es aún pequeña. En algunos lugares de Madrid y Aragón se cocían las matas antes de dárselas a los cerdos, principalmente para que no pincharan. El consumo excesivo en rumiantes puede producir problemas, debido a su alto contenido en nitratos. Las semillas se emplean para alimentar a jilgueros (colorines), verderones y es consumida también por otras aves como gorriones y petines.

Se ha utilizado como planta medicinal desde la antigüedad y ya Plinio el Viejo alababa sus virtudes como estimulador de la bilis. Con fines medicinales se cosechan los frutos (aquenios) del cardo mariano, que contienen las semillas en su interior. La cosecha se realiza una vez la planta empieza a secarse, cuando han madurado los frutos. El principal componente bioquímico de la semilla y el más interesante terapéuticamente es la silymarina, que es una mezcla de flavolignanos, como la silibina y la silicristina. A la silimarina se le atribuyen propiedades antioxidantes. Sus frutos, en extracto, se revelan como un excelente recurso para aliviar diferentes afecciones que afectan a la salud hepática, pero también se muestra como un excelente tónico digestivo y venoso.

La infusión de esta planta, de sus frutos y hojas, se ha utilizado en algunas localidades de la Serranía de Cuenca, sierra de Segura y en Jaén para fortalecer el corazón, prevenir accidentes cardíacos, depurar la sangre y activar la circulación (afecciones cardiovasculares). En la comarca del valle de Ayora-Cofrentes se utiliza contra menstruaciones abundantes y hemorragias nasales, también en las Islas Canarias se usa como antihemorrágico. En algunas localidades de Albacete y Badajoz, a la raíz de esta planta se le atribuye un uso mágico curativo: guardan un trozo de raíz en cada bolsillo y dicen que según se secan, también lo harán las hemorroides.

El agua de las cabezas florales cocidas se utiliza contra la diarrea en zonas de la Sierra Norte de Madrid y en la región catalana del Alt Empordà. Pero sin duda su uso como protector y regenerador hepático es el más extendido en España. Sus frutos se utilizan igualmente para favorecer la secreción de la vesícula biliar en casos de insuficiencia hepática o cálculos biliares. También se ha citado en la comarca de Terra Chá (Lugo) el uso de la decocción de los brotes tiernos para ayudar al páncreas a digerir el azúcar. En la campiña de Jaén se utiliza el látex mezclado con miel para calmar la tos. La infusión de los frutos se toma para tratar el colesterol alto en algunas localidades de la provincia de Guadalajara. En algunas zonas de los Montes de León y en Cabañeros se recogen las hojas tiernas y se maceran en alcohol, para dar friegas en las partes afectadas por artrosis. Algunas personas administran externamente la raíz en decocción sobre zonas doloridas e inflamadas por golpes y contusiones.

Ahora están saliendo los brotes tiernos en la huerta. Como las hojas crudas en ensalada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario