domingo, 29 de noviembre de 2020
sábado, 28 de noviembre de 2020
carl plansky
También fue un maestro respetado e influyente de estudiantes en muchas instituciones, incluida aquella donde inició sus estudios neoyorkinos, desde 2004 hasta su muerte.
Dedicado por completo al óleo, comenzó a hacer pequeños lotes de pintura artesanalmente en la década de 1980, para él y sus amigos artistas, que sería el germen de la Williamsburg Oil Paint for Artists, hoy considerada como una de las principales fabricantes de pintura al óleo del mundo.
Plansky murió de un infarto en la última semana de su show de "Divas" en la New York Studio School: el último día del show se convirtió en un homenaje. Las obras de Plansky se han presentado en exposiciones individuales y colectivas en los Estados Unidos. Su obra se encuentra en la colección permanente de varios museos y corporaciones, así como en colecciones privadas.
Plansky murió de un infarto en la última semana de su show de "Divas" en la New York Studio School: el último día del show se convirtió en un homenaje. Las obras de Plansky se han presentado en exposiciones individuales y colectivas en los Estados Unidos. Su obra se encuentra en la colección permanente de varios museos y corporaciones, así como en colecciones privadas.
viernes, 27 de noviembre de 2020
la matanza
El Antoliano abrió la cochiquera y tan pronto el marrano asomó la cabeza le prendió por una oreja con su mano de hierro y le obligó a tumbarse de costado, ayudado por el Malvino, el Pruden y el José Luis. Los chiquillos, al ver derribado el cochino -que bramaba como un condenado y a cada berrido se le formaba en torno al hocico una nube de vapor -, se envalentonaron y comenzaron a tirarle del rabo y a propinarle puntapiés en la barriga. Luego, entre seis hombres, tendieron al animal en el banco y el Nini le auscultó, trazó una cruz con un pedazo de yeso en el corazón y cuando el tío Ratero acuchilló con la misma firmeza con que clavaba la pincha en el cauce, el niño volvió la espalda y fue contando, uno a uno, los gruñidos hasta tres. De pronto, el Pruden voceó:
- ¡Ya palmó!
El Nini, entonces, dio media vuelta, se aproximó al cerdo y, con dedos expeditos, introdujo una hoja de berza en el hojal sanguinoliento para reprimir la hemorragia y, finalmente, abrió la boca del animal y le puso una piedra dentro.
Los hombres hacían corro en derredor suyo y las mujeres cuchicheaban más atrás. Se oyó apagadamente la voz de la Sabina:
- ¡Qué condenado crío! Cada vez que lo veo así me recuerda a Jesús entre los doctores.
El Nini procuraba ahuyentar el recuerdo de la abuela Iluminada para no cometer errores. Diestramente forró el cadáver del animal con paja de centeno y la prendió fuego; tomó una brazada ardiendo y fue quemando meticulosamente las oquedades de los sobacos, las pezuñas y las orejas. Se alzó un desagradable olor a chumasquina y, al concluir, el Mamertito, el chico del Pruden, y los sobrinos de la señora Clo descalzaron al bicho y comieron las chitas.
Había llegado el momento de la prueba, no porque el sajar al cerdo fuera tarea difícil, sino porque en esta coyuntura la referencia a la abuela Iluminada era inevitable. Al Nini le tembló ligeramente la mano que empuñaba el cuchillo cuando el Malvino voceó a su espalda:
- ¡Ojo, Nini, tu abuela en este trance nunca hizo mierda!
El niño trazó mentalmente una línea equidistante de las mamas y trazó la bisectriz de la papada al ano sin vacilar. Luego, al dividir delicadamente la telilla intestinal de un solo tajo, le rodeó un murmullo de admiración. El hedor de los intestinos era fuerte y nauseabundo y él los volcó en herradas distintas y, para terminar, introdujo en la abertura dos estacas haciendo cuña.Al cabo, el Antoliano y el Malvino le ayudaron a colgar el marrano boca abajo. Del hocico escurría u hilillo de sangre fluida que iba formando un pequeño charco rojizo sobre las lajas escarchadas del corral.
La señora Clo se aproximó al Nini, que se lavaba las manos en una herrada y le dijo cálidamente:
- Trabajas más aprisa y más por lo fino que tu abuela, hijo.
El Nini se secó en los pantalones. Preguntó:
¿Habrá que bajar al descuartizado, señora Clo?
Ella tomó una herrada de cada mano:
- Deja, que para eso ya me apaño - dijo.
Miguel Delibes en Las ratas. Ediciones Destino. Barcelona 1993.
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jueves, 26 de noviembre de 2020
el último libro de eduardo
Hacía varias semanas que no iba al pueblo. Al llegar a la casa, lo primero que hice fue mirar el buzón. Un vuelco me dio el corazón cuando vi un pequeño paquete de Lisboa enviado por Eduardo. Lo abrí nervioso. Dentro había un hermoso librito negro lleno de retratos de conocidos sentados en aquel sillón que encontrara un día en la calle. Ese estilo rápido e imperfecto, como él lo llamaba. Bonito y emocionante a la vez. En las primeras páginas, junto al título, hay una dedicatoria escrita con bolígrafo negro. Con letra nerviosa, casi garabateada, dice: Para José María. Te envío mi último proyecto. Literalmente el último. Un abrazo, Eduardo Salavisa.
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miércoles, 25 de noviembre de 2020
martes, 24 de noviembre de 2020
el hielo en el antropoceno
lunes, 23 de noviembre de 2020
diversidad
Pensar distinto no significa que tú o él estéis equivocados, solo significa que se ven las cosas de manera diferente.
domingo, 22 de noviembre de 2020
capitalismo sostenible
Cualquier cosa que lleve el apellido "sostenible" no existe. Todo tiene impacto. El desarrollo sostenible es un traje nuevo con el que se viste el capitalismo de siempre.
sábado, 21 de noviembre de 2020
viernes, 20 de noviembre de 2020
pues pues pues pues
Recibo la noticia como una pedrada que me contrae las vísceras. Lo esperaba con Rita en casa cuando acabase toda esta mierda de pandemia. Había seleccionado algunos sitios curiosos que seguro que no conocía.
Pasamos una nochevieja juntos. En casa. Siempre con el cuaderno en el bolsillo, dibujaba discretamente. Yo apenas lo vi dibujando, pues yo no era de reuniones. Entonces desaparecía y dibujaba por los rincones. Ya no existe el bar de Lavapiés donde lo conocí. Enrique me lo presentó. Me resultaba un poco difícil seguir su portugués lleno de eses. Pues pues pues pues. Querido Eduardo, siempre guardando una pequeña y elegante distancia. Aquel enorme ático lleno de cuadernistas de Lisboa. Me metió en su casa y en sus libros. Me regaló algunos viajes por Lisboa y una expo en Abrantes. Incluso un libro apaisado con mis sucios dibujos. Me presentó a mucha gente interesante. Hablaba sonriendo, con respeto, mientras dibujaba su roja nariz.
Me gusta este dibujo rápido que le hice con Rita en el restaurante Montaña Everest, cuando aún vivía junto a la plaza de las Moreras, al final del acueducto. La última vez que lo vi, cenamos gambas en su nueva casa. Yo llevé el vino. Hablamos de la invasión de turistas, de esta nueva Lisboa. No era visceral. Siempre se mantenía a una distancia. Supongo que su práctica del dibujo le había hecho ver las cosas desde fuera, siempre como un forastero en su propia ciudad. Siempre como un viajero.
Eterno cuadernista, seguro que Rita te metió un cuaderno y un rotulata en el bolsillo. Buen viaje.
jueves, 19 de noviembre de 2020
miércoles, 18 de noviembre de 2020
las momias de san andrés
lunes, 16 de noviembre de 2020
rafaela pareja
Es esencial para mi trabajo prestar atención a lo que me rodea, poner mi mente en blanco. Entonces recibo una información, caigo en amor absoluto con lo que está ocurriendo y comienzo a hacer bocetos.
Empecé trabajando con materiales más pobres. Luego me pasé al gres, para poder realizar piezas de gran tamaño. Hoy me gusta la porcelana por su sutileza, por su acabado aterciopelado. Y añado papel para poder trabajar mejor.
La Naturaleza es mi impulso: todo lo vegetal, las nubes, el movimiento celular. Trabajo mucho con placas y con macarrón. Pero antes de aplicar el barro, construyo estructuras con materiales más rígidos que sirvan de soporte en la pieza, como el poliespán. Hay piezas que trabajo en gres, y añado veladuras en porcelana. Trabajo con mayas, con redes, que hacen que la pieza coja más resistencia en seco y así puedo manipularla. Uso material orgánico de todo tipo, pero en realidad mi herramienta esencial son mis dedos.
Un “accidente” con la materia puede ser el punto de partida, el origen de una expresión personal, que intenta “acercar el arte a la vida”. El objeto, en este caso esta aislado de su función y significado, para contemplarlo con otra mirada.
Trabajando con la forma , encerrando el espacio y jugando con sus huecos, las ideas aparecen de lo profundo, y del deseo de ser realidad.Investigar buscando nuevos caminos, mezclar una y otra vez la tierra con……? y esperar a ver que pasa…..un proceso de transformación en donde los elementos agua, tierra, y fuego son imprescindibles.
Trabajando con la forma , encerrando el espacio y jugando con sus huecos, las ideas aparecen de lo profundo, y del deseo de ser realidad.Investigar buscando nuevos caminos, mezclar una y otra vez la tierra con……? y esperar a ver que pasa…..un proceso de transformación en donde los elementos agua, tierra, y fuego son imprescindibles.
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