En esa anécdota se cifra un poco la relación entre ambos países o culturas. Durante siglos, cuando China era el foco civilizador de Asia, Japón fue un estado tributario de China e importó y resignificó muchas de las cosas que todavía siguen siendo parte central de su cultura: desde los ideogramas chinos, la poesía y el confucionismo, hasta elementos más cotidianos como el bonsai, el juego del go y la arquitectura. Japón absorbió de China y luego transformó creativamente lo que absorbía, y más tarde sintió que ya había absorbido suficiente y que no tenía nada más que aprender.
Clarín
En la primera luna del año siguiente, cuando los ciruelos se hallaban en plena floración, el hombre volvió a Gojó para recobrar los queridos recuerdos del año anterior. Miraba de pie, miraba sentado, pero nada se parecía a lo que había sido. Mientras lloraba ardientes lágrimas, se tendió sobre las tablas bastas hasta que la luna se ocultó tras el horizonte y, rememoraba el pasado, compuso:
La luna no es la misma
La primavera no es ya
La primavera de ayer.
Solamente yo
No cambié.
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