Así llaman por aquí a la planta herbácea arundo donax y que vulgarmente se conoce como caña común, caña de Castilla, caña vera, bardiza o caña brava, una especie invasora originaria de Asia que ha colonizado charcas, ríos y acequias del área mediterránea, norte de África y América. Está en la lista de las 100 especies más dañinas del mundo. Mide de 2 a 6 metros de altura, vive en humedales y se extiende a través de sus rizomas subterráneos. Se usa para cestería, para hacer instrumentos de viento y lengüetas para clarinete, saxofón, oboe o fagot y se cultiva para producir biomasa industrial. Se usó un tiempo para los falsos techos de yeso. Muchas aves anidan y duermen en los cañaverales protegidos por su densa vegetación; aunque genera una sustancia tóxica que aleja a los insectos herbívoros. Se ha usado como diurético, para disminuir la producción de leche y, como loción, para evitar la caída del pelo. Yo uso sus cañas para sujetar tomateras.
Ahora está en flor (de septiembre a diciembre). Sus flores son pequeñas y agrupadas de tres en tres para formar numerosas espiguillas que generan grandes panojas densas, de color violáceo o blanquecino (o sea: formaciones en espiga decrecientes de tamaño hacia el ápice).
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