jueves, 18 de octubre de 2018

la ciudad prohibida filmada


La rebelión de los Bóxer permite la ocupación de Pekín por las legaciones de los países occidentales que han enviado sus tropas. España, desgastada por su reciente guerra con los Estados Unidos, solo envía a una persona: un joven diplomático llamado Luis Valera Delavat, hijo del escritor Juan Valera. Él nos cuenta en su libro Sombras chinescas, recuerdos de un viaje al celestial imperio la entrada por primera vez del ciudadano occidental en la Ciudad Prohibida. Aquello sucedió allá en el verano de 1900. Aquí vemos una de las primeras filmaciones: una panorámica de la ciudad imperial, tres años después, gracias a la Biblioteca del Congreso de los USA.

Puede decirse que Pekín era una población en gran parte desconocida para los europeos. Necesaria fue la invasión extranjera de 1900 para que, sin excepción alguna, esas puertas se abriesen de par en par a cuantos curiosos europeos y japoneses querían cruzar los umbrales de ellas y ver lo que se ocultaba detrás de sus enormes macizos batientes de cedro pintado de rojo.
Huida la Corte, huidos los mandarines civiles y militares, los guerreros blancos y los guerreros del Nipón que habían invadido a Pekín se instalaron donde mejor les convenía.
Lo vedado, lo invisible, se hizo entonces visible y franco para todos, comenta Valera en su libro.

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