En una de las islas del Egeo, frente a la costa asiática, Samos, se encuentran los restos del santuario de Hera, llamado Herarion, uno de los santuarios religiosos más importantes de la época arcaica, fundamentalmente en los siglos VII y VI ac. Considerado el lugar de nacimiento de Hera, la celosa esposa de Zeus, protectora de la familia, la mujer y el matrimonio, fue uno de los primeros santuarios con templo, en principio de madera, en el siglo VIII ac, y más tarde de piedra, cada vez más elaborado y enriquecido hasta llegar al monumental construido entre los años 570-560 ac, bajo la supervisión del arquitecto Rhoecus. De él apenas se han encontrado los cimientos; pero sí miles de objetos que formaron parte de las ofrendas que los romeros dejaron durante siglos. Al ser un santuario en las rutas comerciales, los exvotos proceden de Mesopotamia, Egipto, Chipre, Creta, Fenicia, Anatolia y Grecia continental. Se han encontrado estatuillas de bronce, madera, marfil, cerámica y piedra, que se llevaron como ofrendas o exvotos, o parte de ellas; pero también salieron a la luz grandes figuras de piedra que formaban parte del templo como las figuras descabezadas del grupo de Geneleos o el impresionante Kuoros de Samos. Casi todas las figuras pueden disfrutarse en el Museo de Valthy, en Samos.
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