lunes, 7 de agosto de 2017

felipe lame la mano que le da de comer

Esta semana, dando una vuelta de tuerca, Felipe González ha pedido que los militares venezolanos desobedezcan al presidente electo Nicolás Maduro. En román paladín a ese acto siempre se le ha llamado "Golpe de Estado". González ha usado para justificar su boutade las expresiones "mandato constitucional" y respeto a los Derechos Humanos. Resulta curioso oír decir esto a quien convivió sin problemas con los GAL. También conmueve su preocupación actual por el destino de Venezuela. La que no tuvo cuando su íntimo amigo Carlos Andrés Pérez dio la orden, en 1989, de reprimir a sangre y fuego al pueblo venezolano levantado en protestas causando centenares de muertos y miles de desaparecidos en lo que se conoció como "Caracazo".

González es el hombre que en 1979 hizo que el PSOE abandonara las ideas de Marx (Carlos) para seguir la senda del otro Marx (Groucho) bajo el mantra de "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros". También el político capaz de decir una cosa para hacer la contraria (OTAN de entrada, NO). Parece, por lo dicho hoy, que también se siente cómodo allanando el camino al coronel Casado de turno para que la oligarquía venezolana, sedienta de venganza por los años desplazada del poder, se sacie a través de la miseria golpista.

Julio Anguita, Juan Rivera Reyes y Rafael Juan Ruiz, miembros del Frente Cívico Somos Mayoría, el 27 de julio.


 

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