Mandaba hacer señas a su canoa, que se allegasen; yo les hazía mostrar baçines y otras cosas que luzían, por enamorarlos porque viniesen, y no tenía ya cosa que me pareciese que era de mostrarles para que viniesen, salvo que hize sobir un tamborín en el castillo, que tañese, e unos mançebos que dançasen, creyendo que se alegrarían a ver la fiesta. Y luego que vieron tañer y dançar, dexaron los remos y echaron mano a los arcos y los encordaron, y començaron a tirarnos flechas. Mandé luego sacar unas ballestas y fueron a otra caravela, debaxo de la popa d'ella; y el piloto dio un sayo y un bonete a un hombre principal, y quedó conçertado que iría a hablar a la playa.
¡Qué bien haces el Indio!. Cualquier pasado fue mejor al presente, y me temo mejor que al futuro inmediato. Hay que celebrarlo en la fuente de la plaza más cercana mientras sea gratis el agua, que al paso que traen estos reconquistadores van a dejar claro que no sólo la calle no es de todos, con la que cae, tampoco el agua. Lo siguiente el aire.
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