Las aguas que corrían llevaron la nao sobre uno de aquellos bancos y fue sobre él tan mansamente que casi no se sentía. El moço, que sintió el governalle y oyó el sonido de la mar, dio bozes, a las cuales salí y tan presto, que aún ninguno avía sentido qu'estuviesen encallados. Díxeles que halasen el batel que traían por popa y tomasen un ancla y la echasen. Ellos no curaron sin de huir a la caravela.
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