lunes, 28 de noviembre de 2011

dibujar con cera










La Virgen de la Candelaria de Copacabana vino cargada por los dominicos a los lugares sagrados de los aymaras e incas en el siglo XVI, junto a las islas del Sol y de la Luna, en el lago Titicaca. Su imagen esconde en realidad el culto a la Pachamama, la Madre Tierra, y en su fiesta se vierte la bebida al suelo y se hacen ofrendas que son miniaturas de los deseos que se le piden: casa, pareja, dinero, coches, salud. En una pequeña y oscura capilla junto a la basílica, se dibujan con cera estos pedidos. Como la cera quema, la virgen obtiene así su pequeña contrapartida en sacrificio.Un cartel de madera reza: no manchar las paredes con cera. Arriba, las fotos que, impresionado, hice.


Vemos una pequeña puerta que pone “Sala de velas, prohibido tirar mixtura“. La mixtura es lo que nosotros llamamos petardos. El interior es lóbrego como una cueva, sin luz exterior. Las paredes negras tienen brillos de cera. Al fondo, dos piletas de piedra con muchas velas. Gente poniéndolas y rezando. Y alguno haciendo figuras de cera en la pared. Contra el negro del humo, la gente hace líneas de cera, como plastilina blanca, formando casas, niños, parejas, coches… son los pedidos que se hacen a la virgen  como sus ancestros hacían a sus dioses. Al fondo hay una imagen iluminada suya. 

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