Uno piensa que si no sabe chino puede entenderse por señas, pero los gestos tampoco son los mismos. Y si crees que te van a entender en los mercados callejeros, más vale que aprendas por lo menos los números, que ya son distintos a partir del cinco. Me di cuenta cuando pedía la mitad y me daban diez. Con las dos manos se puede llegar hasta 99. Esto me lo enseñaron en el tren, dos jóvenes estudiantes que sabían algo de francés.
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