Es una ciudad de más de veinticinco mil habitantes con gente activa y un comercio saludable. Comparte estación y hospital con otra gran población que se llama Don Benito. Creo que la culpa de sus progresos se debe su clima cálido y templado y las tierras fértiles de estas vegas del Guadiana. Hemos visto grandes zonas de frutales y almacenes de envasado y distribución de fruta y hortalizas, industrias y empresas de servicios, propio de una gran aglomeración de habitantes de la comarca. También nos cuentan que tiene gran tradición de ganadería, fundamentalmente lanar. También presumen de su artesanía en romanas, las famosas básculas por contrapeso en una barra, quizá heredada de los romanos, y de haber inventado la tortilla de patatas.
Comemos de tapas en las terrazas de las que nos habló el superhombre. Por suerte hemos encontrado una mesa libre. Las tapas no son nada del otro mundo, no parece que les den importancia. Después paseamos por el parque con una familia gitana y nos acercamos al centro por la calle comercial. Entramos a la Plaza de España por un lateral de la iglesia herreriana de la Asunción. En la portada de este lateral hay dos bustos interesantes: a la derecha San Pedro con un libro y una gran llave, y a la izquierda San Pablo con la espada con la que moriría. San Pablo tiene una larga barba y San Pedro la tiene más recortada. Ambos están calvos. También es interesante el edificio con soportales del Ayuntamiento. En la parte central de arriba hay una sirena del siglo XVI que pareciera modernista, flaca y elegante con el pelo largo enredado en su propio marco, que sujeta con las dos manos y parece ser la terminación de la cola. Pero está muy seria pues sus escamas de cadera hacia abajo le impiden tener relaciones sexuales. Al lado puede leerse que acabose el año 1583. Recordemos que el nombre del pueblo hace referencia a la sirena. Al lado justo está el Casino La Serena un bar clásico con barra, salón y sala de lectura con muchas maderas con adornos de forma piramidal. En su terraza cenamos con buenas raciones recogidos entre arcadas y la fachada de la Asunción.
Dormimos tranquilos y desayunamos bien gracias al superhombre. Después seguimos el Guadiana con parada en una terraza de La Puebla de Don Rodrigo, donde los ganaderos discuten en su almuerzo. Luego llegamos a Alarcos y Ciudad Real, dando nuestro viaje por finalizado, aunque paisajes, edificios y gente sigan revoloteando por nuestros cocos. Eso es todo amigos.
Sabe bem chegar a casa.
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ResponderEliminarHay uno que se alegra y otro que no.