En 2008 una de las empleadas al servicio de las princesas escapó del hotel donde se alojaban y denunció una situación que los activistas de derechos humanos califican de “esclavismo moderno”. Las mujeres dijeron que les obligaban a estar disponibles las 24 horas del día, que tenían que dormir en el suelo, nunca les daban un día libre, tampoco les permitían salir del hotel y estaban obligadas a comer los restos de la comida de las princesas. Son condiciones en las que viven muchas empleadas de hogar en los ricos Estados petroleros del Golfo, donde la prensa no se ha hecho eco de la condena.
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