domingo, 27 de julio de 2014

cinismo y cobardía


Se trata de la historia de siempre, por todos conocida, que consiste en entender de una vez para siempre que Israel, tal y como lo vienen repitiendo sus dirigentes de derechas y de extrema derecha, no aceptará, nunca, la creación de un Estado palestino soberano. Toda la historia de los últimos 25 años lo demuestra rotundamente. Desde el asesinato de Isaac Rabin por unos fanáticos judíos, y, unos años después, el comienzo de la decadencia del laborismo israelí partidario de la paz, se abrió una época de guerra y de provocaciones, alimentada por la reacción integrista de Hamás, y sobre todo, sostenida por la complicidad activa tanto de EE UU como, de hecho, de la Unión Europea. Estos últimos años, Tony Blair, de modo increíble nombrado enviado especial para Oriente Próximo, actuó como agente activo de esa doble complicidad. Es decir, no hizo nada más que silenciar las consecuencias de la colonización cada vez más dramática para los palestinos.

Los europeos comparten, por supuesto, este consenso de la muerte impuesta a centenares de civiles palestinos y de jóvenes militares israelíes. No advierten: “Es un crimen bombardear a poblaciones civiles”. Dicen: “La respuesta es desproporcionada”, lo que significa probablemente: “Sí al bombardeo, pero con ¡menos bombas!”

Dicho de otro modo: en todas partes prevalecen el cinismo, la cobardía y la ceguera. ¿Existe un conflicto eterno en el planeta? Sí. ¿Existe una contienda que está degenerando en masacre de inocentes con la complicidad pasiva del mundo? Sí.


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