Fue en 2007 la última vez que visité París. Fui solo y me hospedó gentilmente mi amigo Hervé. No eran días de grandes monumentos sino más bien de pasear por sus calles parando en pasadizos, bares, librerías, mercados y rincones que no aparecen en las postales. Me hizo feliz esta forma de viajar sin horas ni cotas y dibujé muchos de esos detalles. Al volver, alucinaban con lo bien que había dibujado las hojas de la robinia de San Julián
el Pobre, plantada en 1602 y apuntalada con hormigón, que ciertamente eran hojas reales caídas en el suelo y pegadas al papel con tesón.
Los dibujos que hice en el Museo Guimet pueden verse aquí.
Este París me gusta más que el de los libros de Anaya, eso está claro.
ResponderEliminarYa no venia a tu blog hace mucho tiempo. Estos dibujos de Paris son encantadores!
ResponderEliminarGracias por compartirlos.
A ti por mirarlos piadosamente.
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