viernes, 7 de octubre de 2011

suerte

Ya es mala suerte que la página de Internet que hemos mirado tuviese mal los horarios del tren, pero hemos llegado a tiempo para otro, de suerte. Con la puta suerte que la taquillera no se ha enterado bien, y sólo nos ha despachado un ida y vuelta, creyendo que eran los dos. Mira que se lo he dicho claro: dos billetes.
Y me he quedado solo. Pero he tenido suerte y pasaba un ave enseguida, con la mala suerte de llevar libre sólo un asiento de club,que me ha costado un pastón. Esta mala suerte ha hecho que me olvidara el móvil y que la cabina no funcionara. Suerte que el segurata me ha dejado el suyo, y que te he podido localizar para quedar en Madrid a tiempo. Pero el tren ha salido más tarde, y tendré la mala suerte de no llegar a mi cita.
Un asiento gigante de cuero y bebidas gratis con gente con suerte y traje y corbata, y serios y estúpidos; suerte que están dormidos. Mala suerte: llegamos veinte minutos más tarde. Pero una chica dice por megafonía, que por esta mala suerte, nos devolverán el dinero ¡qué suerte! Si serán estúpidos y con suerte en la vida que permanecen con cara de palo, con su corbata y su traje, y ni un músculo mueven ni cuando lo dicen en inglés. Y yo reprimiéndome las ganas de gritar y saltar por la suerte que tengo. ¡Por suertudo!
Cuando llego no hay nadie esperando. Suerte que esta chica se ha enrollado y te llama por megafonía. ¡Ya sería mala suerte que no lo oyeses, o te hubieras ido para siempre!

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