Las migas son un símbolo de amistad. Comer migas con alguien significa que existe cierta confianza. Por eso se dice que no hacen buenas migas a aquellos que no se llevan bien. Por aquí, cuando te coges confianza que no tienes, te preguntan: ¿Cuántas veces hemos comido migas juntos?
Las migas se comen con cuchara en la propia sartén en que se han hecho. Se coge del trozo que te ha tocado. Está feo coger del rodal que le ha tocado a otro, y te da derecho a llamarle la atención con la cuchara (en general, en las comidas en sartén cada uno se come lo que le toca). Se comen con sardinas, arenques, chorizos, uvas o pepino, y también con vino. Una botella de tinto va girando en el corro y se pasa de uno a otro para que beba a chorro, por higiene, con un cacharrillo especial o haciendo dos agujeros opuestos en el tapón de corcho.
Se hacen con pan de hogaza bien sentado (es una comida para reciclar el pan). Se pica en trocitos el día anterior y se humedecen un poco agitando las manos recién metidas en el agua y se guardan tapándolas con un trapo, es importante que estén un poco húmedas, pero no mucho. Se fríen los ajos, dientes enteros pelados, bastanticos, y, ya fritos, se retiran (si se quiere se puede freír un pimiento seco, ese aceite dará mejor sabor a las migas). Se fríen luego los torreznos y se retiran. Se echan las migas en ese aceite y se van moviendo constantemente hasta que pierden mucha humedad, procurando que no queden secas. Se le añaden los ajos y los torreznos. Unas cuantas vueltas hasta coger el punto y se retiran de la lumbre para comer. Mientras se hacen se limpian los arenques, se pelan y trocean los pepinos, se hacen las sardinas, se lavan las uvas. Si sobran, se pueden congelar y descongelar en el mircroondas echándoles un poco de agua para que no se sequen (las gotas que caen de la mano mojada).
Hoy las ha hecho mi hermana Ana, y le han salido de rechupete.
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