Todos los males se curan con un cuaderno y unos cuantos colorinchis. Hace una tarde nublada y fresca. Aprovecho para dar una vuelta por el centro de Madrid. Un banco en Santa Ana y un café con leche en el
Viva Madrid, charlando con William, el camarero. Hoy todo me parece bien. A la vuelta, me parezco a mí mismo.
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