Todo el día con la tinta china. De golpe llaman por teléfono y pintamos manchas mientras hablamos. Qué bien corre la tinta. Qué bonitas manchas. Alguien baila para una máquina de música.Uno podría estar mucho tiempo mirando, perdiéndose entre blancos y negros.
Dan ganas de tirar el cuaderno a la papelera y seguir haciendo manchas infinitamente y ser feliz con un pincel. Ser feliz sólo haciendo sin importar qué.
O zambullirse en la cama y soñar con una brocha grande para manchar el mundo.
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