Empiezan a llegar bolañegos y hago de guía y de chófer. Visitamos las calas recorriendo los cerros rocosos como cabras (de Cala Carbón a Mónsul. Toña hace una tortilla impresionante con vistas a la cadena marciana que nos tapa el mar (dibujo). En las crestas, los excursionistas se dibujan como palitos finos. En el refugio de Cala Higuera nos apretamos unas cervezas de a tercio. Las olas tocan las castañuelas con las piedras cuando van de vuelta.
Quety llega en tren y luego Upe en su coche violeta. Cenamos ensalada de perdiz escabechada, un tanto picante. Bebemos copas en casa mientras Toña juega con esa pelota gigante que usan en pilates. Seguidamente, nos certificamos hasta otro día.
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