lunes, 30 de enero de 2023

las impúdicas ménades de doré


    Gustave Doré (1832-1883) fue un prolífico grabador, artista, ilustrador y escultor, que se hizo muy popular tanto en Francia como en Inglaterra al ser un ilustrador de libros y revistas de gran éxito. Comenzó su carrera temprano, a la edad de quince años, trabajando para el periódico francés Le journal pour rire. Antes de cumplir los veinticinco años, sus ilustraciones habían adornado los libros de varios escritores destacados de su tiempo, como Cervantes, Rabelais, Balzac, Milton, Byron y Dante. Sus ilustraciones del Don Quijote dejaron una impresión tan indeleble en la imaginación colectiva del público que cambió para siempre la forma en que los artistas, directores de teatro y cine posteriores representarían a los diversos personajes del libro en su medio. Las ilustraciones de Doré para la Biblia en inglés en 1866 fueron un éxito tan grande que le valieron una importante exhibición de su trabajo en Londres, lo que finalmente llevó a la fundación de su propia Galería Doré.

    Conocido principalmente por sus ilustraciones de libros, grabados y pinturas, Doré se dedicó a la escultura al final de su carrera. En 1871 comenzó su aprendizaje en modelado y exhibió su primera escultura en el Salón de 1877.

    Este relieve de yeso es la segunda versión de una escultura inspirada en su pintura de 1879 de la Muerte de Orfeo. Doré utilizó el mismo fondo y composición en ambos relieves; sin embargo, aquí el Orfeo muerto está ausente y las figuras femeninas del bosque no están armadas. Ha representado una danza báquica de las Ménades, seguidoras de Dionisio, dios de la religión órfica, que en un frenesí delirante mató a Orfeo. Este relieve puede haber tenido la intención de servir como decoración arquitectónica. Sus dimensiones son: 120 cm (alto) x 196,1 cm (ancho) x 25,1 cm (fondo). Puede contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Boston.

    En el relato mítico de la muerte Orfeo, las ménades lo despedazan por rechazar el culto a Dioniso en favor del culto a Apolo, identificado con el sol. Según otras fuentes lo hacen afrentadas por su misoginia, sustituida por homosexualidad. De una forma similar, en la tragedia de Eurípides Las bacantes, éstas descuartizan al rey tebano Penteo por prohibir éste el culto a Baco, primo suyo, por cierto, y negar su divinidad. Se dice que de los taburetes donde estaban sentadas empezaron a brotar hiedra y vid y del techo manó leche y vino, al tiempo que resonaron en los aposentos los rugidos de las fieras mezclados con el sonido de las flautas y tamboriles. Asustadas, las Miníades enloquecieron, y en pleno delirio confundieron con un cervatillo al pequeño Hípaso, hijo de una de ellas, y lo descuartizaron. Luego, coronándose de hiedra, corrieron a la montaña a reunirse con las demás mujeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario