confesando con la cajera del súper
Todos los días vengo al gimnasio de aquí al lado, paseo por las calles y hago una dieta equilibrada; pero, a las once de la noche, me derrumbo. Me como, todos las noches a las once, una caja de bombones como ésta. Aaah, Dios mío, todas las noches.
preciosa micronovela
ResponderEliminarEs una conversación oída. Gracias
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