Hay muchas teorías y muy pocas comprobaciones arqueológicas sobre su origen. Se ha dicho que son toriles, recintos para encerrar el ganado, porque popularmente han recibido ese nombre en sitios como Granátula o el Campo de Montiel, donde coincide con una tradición de ganaderías de toro bravo; pero estos no precisan de un corral hecho con forma de cículo perfecto, ni necesitan pegarse unos a otros, como ocurre en algunos casos, y podrían utilizar las paredes naturales para ahorrarse algún tramo. Sobre todo no son necesarios tantos agrupados.
Algunos círculos entre La Encantada y Bocapucheros. |
También se han asociado a los yacimientos de Oreto y otros de la Vega del Jabalón. Pero no solo aparecen por el Jabalón, se han visto extendidos por Cuenca y por Toledo. Es más, en Toledo La Huerta del Diablo, del municipio de Gálvez fue excavado, por Juan Manuel Rojas Rodríguez-Malo y se trata de un asentamiento, posiblemente calcolítico o Bronce antiguo, cuya peculiaridad más sobresaliente la constituyen los restos de un amurallamiento circular sobre un terreno prácticamente llano. Entre el material arqueológico hallado, tanto en el interior como en el exterior de la estructura, figuran dos fragmentos de cerámica campaniforme tipo Ciempozuelos, que nos han proporcionado una cronología aproximada del yacimiento.
Solo en la Sierra del Moral, y en el tramo desde el yacimiento de La Encantada hasta el cerro de Los Pocicos, detrás del Pardillo, hay más de cien círculos que aún ha respetado la agricultura. Sus localizaciones están marcadas con puntos naranjas sobre la fotografía aérea. En rojo están marcados los yacimientos del Bronce de La Encantada, Bocapucheros, El Tesorillo y Los Pocicos, de izquierda a derecha. Es muy posible que en esta época tuvieran una función, ya sea ganadera, espiritual o astrológica, al modo de los monumentos megalíticos circulares o crómlech. Recordemos que de esta época en Galicia se han descubierto más de 40 círculos calificados como rituales.
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