El yacimiento de El Cerrico Redondo, en el término municipal de Montealegre del Castillo, provincia de Albacete, fue visitado por primera vez por
J. Zuazo Palacios en los años 1913-15, realizando
una cata en lo alto del cerro, encontrando varias tumbas, con huesos, cenizas, molinos y trituradores, y señalando en sus publicaciones que se trataba de túmulos funerarios con cámara y corredor.
Esta visión fue recogida por J. Sánchez Jiménez, que, animado por las facilidades puestas por J.
Zuazo Palacios al costear en parte los trabajos y
las posibilidades que ofrecía el yacimiento, se decidió a excavarlo con permiso en 1942.
Excavó una zanja de 4x17 metros, donde señala una hoguera de unos 10
cm. de espesor sobre una plataforma de
unos 10-20 cm. de espesor formada por un mortero calizo. En la capa cenicienta encontró los
materiales, que interpretó como ajuares funerarios
de tumbas de incineración, ya que jamás encontró
cadáver o hueso humano. Los materiales arqueológicos-cerámicas, maderos, semillas, molinos, etc- se
concentraban en doce puntos. Menciona la presencia de vasijas unas dentro de otras con semillas,
rodeadas de pesas de arcilla y bolas del mismo material. Señala la presencia de muros y los interpreta
como la estructura exterior del túmulo. Exceptuando el crisol encontrado en prospecciones en la escombrera de la excavación en los años 80, el resto de los materiales se encontraban en
el Museo Provincial de Albacete.
J. Zuazo Palacios señaló un molino, un triturador, una jarra con asas y seis cuencos, hoy en
paradero desconocido. Además, se han encontrado semillas de trigo y de, al parecer, una leguminosa, madera y esparto carbonizado.
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