La ibérica es una sociedad
en transición a formas estatales y urbanas. Sin
embargo, a pesar de los avances de la última
década, mantenemos el linaje como el gran
protagonista, mientras género y edad quedan
atrás como objeto de análisis. Edad, género y linaje son pilares esenciales de esos
sistemas sociales, porque organizan las reglas
del parentesco. En especial en las sociedades
prehistóricas tribales, cuya estructura se asienta precisamente sobre ellas.
Los animales pueden ser domésticos, no domésticos,
inciertos y fantásticos. Se consideran
sus asociaciones con el hombre, la mujer, la
diosa y con el Despotes hippon,
siempre que las figuras estén en contacto o que
su proximidad muestre un vínculo narrativo
directo (p.e. un jinete a pie junto a su caballo). Aparte están aquellas especies que se representan por su dimorfismo sexual, un detalle
discriminante. Las figuras de animales actúan como
unidades de significado poliédricas de contenidos polivalentes, que en unas ocasiones
pueden resultar aparentemente contradictorias
y en otras se mueven en una medida ambigüedad.
Nunca se puede identificar la especie de ave representada, podría ser una paloma, pero también podría no serlo. Se relacionan con el mundo femenino, vinculadas a las diosas. alude a la presencia protectora y benéfica de la
diosa principal, y acompaña a los varones en rituales, danzas o combates, como en la urna de
‘los guerreros’ de Alcoy. En estas ocasiones habría que
identificar las aves como las mediadoras entre lo
divino y lo humano, e incluso con la propia diosa protectora metamorfoseada. en las contadas ocasiones en las
que el pintor diseña con claridad una especie u
orden reconocible, se asocian preferentemente a
hombres. Son los casos de los gallos, rapaces y
aves nocturnas.
El uso del lobo es más complejo. Es un animal salvaje y peligroso, pero al mismo
tiempo posee cualidades positivas al encarnar
la fuerza y la fiereza, proteger al héroe e identificarse con los valores inherentes al guerrero. Y posee una personalidad fantástica cuando adquiere el tamaño de
un ser humano o cuando aparece alado, en tal caso lollamamos carnassier.
El caballo siempre está junto al hombre.
Cuando una mujer está cerca, hay un nexo indirecto. De hecho debemos considerarlo uno
de los animales masculinos por excelencia,
aunque existen dos casos de relación directa
del équido con féminas. Otro ejemplo de asociación al hombre es el
de los cérvidos, pintados preferentemente en temas de caza. Conejos o liebres, peces y serpientes se sitúan en la órbita de la divinidad femenina. Al igual que aves y lobos, los hallamos junto a varones en diferentes circunstancias.
Fuente dibujos: Cerámica Ibérica, de Luis Pericot. Fotografías de Toni Vidal. Ediciones Polígrafa. Barcelona 1979.
Fuente texto: Género y metáforas con animales en la cerámica ibérica pintada (siglos IV-I a.C.) de Juan A. Santos Velasco. Ediciones Complutense
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