La primera vitrina está dedicada a réplicas de juegos y juguetes de la antigüedad, con piezas procedentes en su mayoría de las tiendas de los museos arqueológicos. Destacan un caballo con ruedas igual al que usaban los niños de Knossos, en Creta, hace ocho mil años (dicen allí que este arrastre es el primer juguete de la Historia), una sirena de barro de Atenas, un caballo con su jinete en barro y también ateniense, vasijas para jugar a “cocinitas”, tabas, canicas, una pelota de madera como las que usaban los niños romanos de la época imperial, sonajeros, etc… No podía faltar una réplica de la muñeca romana encontrada en Tarragona, ni una honda imitación de las que utilizaban los honderos baleares en sus luchas contra romanos y cartagineses.
En la misma vitrina hay juguetes contemporáneos de culturas antiguas, como una muñeca Katchina de los indios navajos del Suroeste de los Estados Unidos y sonajeros de cola de serpiente y colgantes de barro para entretener a los niños en sus cunas de los tarahumaras del norte de México.
La historia de los juguetes es la de la propia Humanidad, porque si algo no ha cambiado a lo largo de los tiempos es que el juguete ha sido y es fiel reflejo de la realidad de cada época y de cada civilización. Aunque hayan cambiado los materiales con los que se fabrican, los juguetes han permanecido igual desde la Antigüedad. Las muñecas-piedra que se conocen desde el siglo XI son simplemente eso, una piedra vestida (Museu d’Arts, Industries i Traadicións Populars, Barcelona).
En la misma vitrina hay juguetes contemporáneos de culturas antiguas, como una muñeca Katchina de los indios navajos del Suroeste de los Estados Unidos y sonajeros de cola de serpiente y colgantes de barro para entretener a los niños en sus cunas de los tarahumaras del norte de México.
La historia de los juguetes es la de la propia Humanidad, porque si algo no ha cambiado a lo largo de los tiempos es que el juguete ha sido y es fiel reflejo de la realidad de cada época y de cada civilización. Aunque hayan cambiado los materiales con los que se fabrican, los juguetes han permanecido igual desde la Antigüedad. Las muñecas-piedra que se conocen desde el siglo XI son simplemente eso, una piedra vestida (Museu d’Arts, Industries i Traadicións Populars, Barcelona).
Las evidencias arqueológicas sitúan los primeros juguetes en Mesopotamia. En el antiguo Egipto también hay constancia de la existencia de pequeñas miniaturas de casas, armas y muñecas, destinadas tal vez a familiarizar a los más pequeños con sus tareas futuras, y de juegos de tablero. Hay testimonios de la época clásica de Grecia que nos indican que las muñecas eran habituales, fabricadas en barro, marfil, hueso o madera, y que contaban con todos sus complementos: diminutas cunas, barreños, cubitos… También está documentada la existencia de juguetes en la Roma imperial y en la China de hace más de dos mil años.
La arqueología nos enseña que muchos de los juegos y los juguetes que hoy conocemos de las civilizaciones antiguas mantienen su vigencia en la actualidad y que los que se utilizaban hace cinco mil años son prácticamente los mismos que los utilizados hasta el siglo XX: muñecas, casitas, pelotas, aros, canicas, yoyós, trompos, armas, vehículos, …
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