domingo, 29 de agosto de 2021

juguetes de barro de la antigua grecia

Sonajero de terracota con forma de perro
de entre los siglos IV y I aC.

Sonajero de terracota con forma de delfín
de aproximadamente el siglo IV aC

Buey rodante del periodo helénico.

Caballo sobre ruedas para tirar del siglo X aC, encontrado en una tumba
y expuesto en el Museo Arqueológico Keramikos de Atenas.

Caballo de juguete ateniense del siglo IV aC.

Juguetes de la antigua Grecia expuestos en el Museo
del Juguete de Rodas.

Once juguetes de greda encontrados en una tumba de un niño
en Apulia y un espejo de bronce del siglo IV aC.

Recreación de antiguos juguetes griegos.


Muñeca articulada de arcilla del
año 400 aC, Atenas.

En Atenas, hasta los seis años de edad niños y niñas pasaban la mayor parte del tiempo dentro del gineceo, en compañía de las mujeres de la casa. Platón dedicó cierta atención a escribir sobre los juegos infantiles, ya que pensaba que tenían una gran importancia para moldear la personalidad y el desarrollo del talento individual. Recomendó, por ejemplo, que un niño que en el futuro tuviese que ser campesino o albañil practicase con juguetes relacionados con su actividad como adulto. Por su parte, Aristóteles recomendaba que los niños que todavía estaban con las mujeres en el gineceo no recibiesen ninguna enseñanza ni realizasen esfuerzos físicos; en lugar de eso, había que animarlos a que sus juegos "imitasen las actividades serias de la vida futura". Sin embargo, esta estricta educación moral no era la regla.

Las madres desarrollaban una relación muy estrecha con sus hijos. En cambio, la relación con el padre era más distante. A partir de los seis o siete años los niños empezaban a ir a la escuela y quedaban entonces bajo la autoridad de un tutor o "pedagogo", que acompañaba al niño a la escuela, lo ayudaba en su formación y lo iniciaba en su sexualidad.

Caso aparte son los niños espartanos, a quienes desde pequeños sólo se les preparaba para la guerra, tarea que era encomendada a sus madres. Estas mujeres espartanas eran conocidas en todo Grecia como las mejores preparadoras de hombres para la guerra. Desde pequeños le instruían a cargar con su escudo, en tamaño y forma original.

Sabemos de los juegos y juguetes de los antiguos niños y niñas griegos por los dibujos decorativos de las vasijas, relieves de sarcófagos, esculturas, e incluso restos de juguetes reales encontrados en distintos yacimientos. A veces es difícil discernir entre juguetes y figuras votivas, especialmente en tumbas. Se suele pensar que si la tumba es de un niño o una niña se le ha hecho acompañar de sus juguetes favoritos.

Existen pequeñas esculturas de mujeres jugando a la pelota, a las tabas, o balanceándose en columpios, relieves de niños con andadores, sonajeros y biberones con formas de animales, yoyós (carretes), caballos con sus jinetes, animales con ruedas para tirar de ellos, juegos de vajillas de pequeño tamaño y muñecas articuladas.

Recreación de caballo rodante al estilo de la antigua 
Grecia, hecho a mano en arcilla de 22 cm. de alto.
En la Antigüedad, existían festivales en los que era común regalar juguetes a los niños. Atenas celebraba en la primavera las Antesterias, un festival dedicado a Dioniso durante el cual se regalaba a los niños de tres años jarras pequeñas de juguete (choes), que a menudo iban decoradas con imágenes de niños.

La mayoría de los juguetes eran usados tanto por niños y niñas indistintamente, con la excepción de las muñecas. Tenían un marcado carácter socializador, ayudando a asentar desde pequeñas los roles y obligaciones de las mujeres en la sociedad. Normalmente medían unos 15 cm, y se hacían de diversos materiales: madera, terracota, ébano, y especialmente hueso y marfil. Se debate si ayudaban a inclinar a las niñas hacia comportamientos maternales, porque sorprendentemente entre los restos arqueológicos no se conservan muñecos que representen bebés (al contrario de lo que sí es común entre los juguetes modernos).

Las muñecas tenían gran relevancia en los rituales de paso entre la infancia y la madurez: en la tarde antes de su boda, las niñas griegas dedicaban sus muñecas a Ártemis. Y si moría una niña, era común que la enterraban con sus muñecas. Un punto clave para la distinción entre figuras femeninas votivas o religiosas y muñecas propiamente dichas es la articulación de sus miembros. En 2010, se presentó en el Museo Arqueológico de Cataluña (MAC), en Ampúries, una estatuilla encontrada en este yacimiento que representa a un panadero con un aspecto informal y cotidiano, así como el de una muñeca con brazos y piernas articulados que fue depositada en la tumba de una niña de entre los siglos V y II aC 

Juguetes griegos expuestos en el Instituto Nacional
de Arqueología de Sofía, Bulgaria
Por su parte, de manera semejante a las niñas, se han encontrado restos de muñecos en santuarios de Apolo que los niños dedicarían para marcar su entrada en la edad adulta; pero no hay referencias en los textos a niños jugando con muñecos. Materiales arqueológicos de diversos puntos geográficos confirman la existencia de moldes para crear figuritas de guerreros y de gladiadores, que ayudarían a instruirlos en valores bélicos.

Christos D. Lazos, en su libro Juegos y Apuestas en al Antigüedad, nos muestra diferentes objetos encontrados en hallazgos arqueológicos, que reflejan aspectos de la vida cotidiana de la Grecia antigua. Señala por ejemplo que un juguete muy popular era el platagi o krótalo (címbalo), probablemete inventado por el ingenioso matemático, político e ingeniero Archytas, de Taras, Sicilia. A él se le atribuye también haber creado el primer robot volador, denominado peristera (paloma). El címbalo en cuestión fue creado para distraer e los bebés con su alto sonido.



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