lunes, 2 de agosto de 2021

dibujos de guerra de juan d'opazo








Nacido en 1910 en una familia humilde, Juan D´opazo, el segundo de seis hermanos, manifestará una temprana afición por el modelado, el dibujo y la pintura. En los años veinte inicia su formación artística en la Escuela de Artes y Oficios.
La Guerra Civil truncaría las expectativas de los jóvenes artistas que con escasos recursos económicos y procedentes del medio rural, se habían formado en Escuelas de Artes y Oficios y aspiraban poder acceder a otros centros artísticos de la capital o a estudios superiores de Escuelas de Bellas Artes.
A pocos días de inaugurar su primera exposición en la desaparecida galería madrileña Sala Dardo se produce el estallido de la guerra. El estreno público por tanto no se produce, y su trabajo como pintor y escultor en un taller de escenografía impidieron tener una trayectoria prometedora, en cambio comenzó otra etapa más dolorosa como soldado del lado republicano. Durante la contienda, lucha en el cuerpo de Artillería de Madrid, plasmando lleno de conmoción sus vivencias en dibujos realizados en su gran mayoría en el frente, con gran rapidez de ejecución.
Terminada la Guerra, y con el ascenso al poder del franquismo, Juan D´Opazo guardaría durante años sus dibujos de la guerra porque "tenía miedo de que aún pudiesen producirse resquemores" y también decía que "nunca pensé que estos dibujos pudieran exponerse al público algún día, pues eran momentos muy peligrosos y en lo que uno pensaba era en poder salvar la vida".
La serie de los dibujos de la guerra y la del final de la guerra, realizados entre 1936-1939, repartida entre la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y el Ayuntamiento de Daimiel, son sin duda obras de una gran valor documental, dibujados a modo de crónica gráfica de la realidad, con el deseo de expresar todo aquello que veía. En su visión de la guerra se recoge el sufrimiento, el miedo, la miseria, el hambre, los bombardeos, fusilamientos y otros aspectos también dramáticos. Muchos de estos dibujos los realiza en el mismo frente con un trazo rápido con el que capta el instante. El hecho de realizarse in situ le transmite a la obra una fuerza y viveza especial, con una impresionante sensación de inmediatez. Todo esto le confiere al conjunto un gran valor por ser uno de los pocos conjuntos de estas características que se conocen.

D´Opazo siempre se consideró más escultor que pintor, práctica que debió abandonar terminada la Guerra por prescripción médica para dedicarse de lleno a la pintura Los encargos artísticos que recibiría D´Opazo fueron religiosos, propios de la espiritualidad católica de la época. El resto de su producción se mantiene dentro de la tendencia artística con una marcada carga expresionista, las influencias de Goya y Gutierrez Solana son patentes. Sus temas se ajustarían al costumbrismo entonces demandado, pero su particular percepción de la vida le hace plasmar con un sutil sinsabor las situaciones más críticas y rudas del pueblo, del mismo modo que Solana. Decía: "Yo con frecuencia me ponía a pintar un cuadro con la intención de que fuera rico de color, alegre, optimista, bonito, y no me salía, no podía. Me iba siempre al cuadro oscuro, negro de matices, con mi sello especial".

Dedicaría su vida a la enseñanza y la pintura, dando a conocer su obra en las numerosas exposiciones que realizó a lo largo de su vida. Como muestra de reconocimiento y aprecio se le concedió en 1991 el título de Hijo Predilecto de Daimiel. Falleció en 1998.


Los dibujos de arriba están expuestos en el Museo Comarcal de Daimiel, de cuya web he recogido el texto de la entrada.

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