Más aún, la revolución industrial y las invenciones y cultura que la acompañaban y que crearon la Europa moderna fue financiada inicialmente por las ganancias de la trata de esclavos. Y la naturaleza fundamental de la relación entre Europa y el resto del mundo, entre blanco y negro, no ha cambiado. En G. la estatua de los cuatro moros encadenados es la imagen más importante del libro. Esto es por lo que convertiré este premio en algo contra sí mismo. Y propongo hacerlo mediante el intercambio de una manera particular. La mitad que reparta cambiará la mitad que guardo.
En primer lugar quiero dejar la lógica de mi posición muy clara. No es una cuestión de culpabilidad o de mala conciencia. Ciertamente, no es una cuestión de filantropía. Ni siquiera es, ante todo, una cuestión de política. Se trata de mi continuo desarrollo como escritor: El problema está entre yo y la cultura que me ha formado.
Antes de que comenzara el comercio de esclavos, antes de la deshumanización de Europa, debió haber un momento en que el negro y el blanco se acercaron al otro con el asombro de iguales posibles. El momento pasó. Y a partir de aquí el mundo se dividió entre esclavos y esclavistas potenciales posibles. Y Europa llevó esta mentalidad a su propia sociedad. Se convirtió en su forma de ver todo. El novelista tiene que ver con la interacción entre el destino individual e histórico. El destino histórico de nuestro tiempo es cada vez más evidente. Los oprimidos están rompiendo el muro de silencio que fue construido en sus mentes por sus opresores. Y en su lucha contra la explotación y el neocolonialismo - pero sólo a través y en virtud de la lucha común - es posible que los descendientes de los esclavos y el amo se acerquen el uno al otro de nuevo con la esperanza de una posible igualdad.
Es por esto que pretendo compartir el premio con los antillanos en y desde el Caribe que están luchando para poner fin a su explotación. El movimiento de los Panteras Negras con sede en Londres ha surgido de los huesos de lo que Booker y otras empresas han creado en el Caribe. Quiero compartir este premio con este movimiento porque resisten tanto como negros y rabajadores una mayor explotación. Y porque, a través de su Centro de Información del Pueblo Negro, tienen vínculos con la lucha en Guyana, el asiento de la riqueza de Booker McConnell, en Trinidad y en todo el Caribe, cuyo objetivo es expropiar todas estas empresas.
Discurso de John Berger al aceptar el premio Booker de ficción en el Café Royal de Londres el 23 de noviembre 1972.
John Berger murió ayer lunes con 90 años. Siempre agradeceré su Jonás que cumplirá los 25 años en el año 2000, dirigida por Alain Tanner.
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