El Ricón de Villarrubia es un bar de barrio, donde importa más la cercanía que la calidad de la tapa; cervezas a 1,20, en la calle Inmaculada Concepción. Tostas calientes a la culiparda -guitarras y demás- con una jarra de cerveza Mahou por 1,50 en
El Arte, en la calle Toledo, y buen ambiente granado. Tapas frías para comerciales en la cafetería del hotel
Cumbria, en el 26 de la carretera de Toledo. Visito la taberna
Vaciaollas, en la pequeña calle Borja, justo el día antes de cerrar definitivamente; me invitan al café por inmortalizarla. El bar
Hispano, escondido en la calle Esperanza, tiene una camarera súper simpática, Mahou de grifo y buenas tapas de cocina tradicional (durillas en salsa, croquetas caseras...) por 1,40 euros. La cervecería
Cruz Blanca es una franquicia de falsa antigüedad insultante, la peor cerveza -Cruzcampo-, las peores tapas y el precio más caro -el único donde la caña supera los 2 euros- de Ciudad Real, no volver. El
Zaire, en la calle Rosa, tiene un extraño local de los 70 que su actual propietario chino ha dejado con su barra en curvas, muebles de ebanista y cascada de agua, resulta anacrónico y barato, sus tapas son malas. El bar
El Mosquito, en la nueva avenida Tablas de Daimiel, sobre las vías de la antigua estación, es aburrido y feo, más restaurante que bar. La cervecería
Ñam Ñam, en la plaza de San Francisco, funciona como al cadena de los 100 montaditos, caña de cerveza y pulga con patatas por 1,90 euros.
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