miércoles, 11 de abril de 2012

por la sierra de puertollano


 Echo la mañana con Tranqui. Cogemos el camino desde el Paseo de Mestanza, y cortamos campo a través hasta la aruinada Huerta de Viruta, cuyas pilas de lavar están destrozadas y los árboles resucitan de troncos viejos y resquebrajados. Ya hablé de esta mítica lavandería en tiempos en que aún no había agua corriente. Puede verse en el primer dibujo. El cerro de la derecha es uno de mis miradores favoritos, pues se ven los dos valles. Es el Morro de la Fuente, y se refiere a la fuente de la huerta. A la izquierda está las olivas de la Antoñita, arriba del todo. Sigo con dificultad a través de las jaras pringosas. Cojo un camino para atravesar la sierra, pero muere sin continuación. Bajo al Arroyo del Venero. Junto al agua crece vegetación más variada. Más colores que buscar (¡cuánto verde, mare mía!). Hago otro dibujo.
Volviendo al pueblo, ya a la hora de comer, me siento para dibujar Mestanza, con la muralla de la Sierra de Solana detrás.
Por la tarde dibujo unos castillones a la ribera de un arroyo que atraviesa la carretera del Hoyo. Estas formaciones rocosas se produjeron al enfriarse la lava de tanto volcán como nos rodea. En aquellos tiempos remotos que aman los geólogos.

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